Se estrelló la cápsula espacial Génesis al fallar los paracaídas
La cápsula
espacial estadounidense Génesis, que traía a la Tierra partículas
solares, se estrelló hoy en el desierto de Utah debido a que
sus paracaídas no se abrieron a tiempo. La nave terminó
incrustándose en la tierra, ante la mirada atónita de los técnicos
de la NASA.
La nave Genesis luego de
estrellarse en el desierto de uTAH |
Al entrar a la atmósfera terrestre, debía abrirse un paracaídas
estabilizador a 33 kilómetros de altitud. Seis minutos más tarde, a
6,7 kilómetros de distancia, debía abrirse el paracaídas principal.
Pero los dos fallaron.
Las imágenes tomadas por la NASA mostraron como la cápsula –de 220
kilos de peso- giraba sin control en la atmósfera terrestre,
sin ninguna contención posible, hasta que terminó estrellándose en
pleno desierto.
Había cierta expectativa con este descenso, ya que la NASA había
programado un arriesgado sistema para "cazar" en pleno vuelo la
cápsula . El encargado de hacerlo iba a ser un piloto de helicóptero
llamado Dan Rudert, especialista en acrobacias aéreas y estrella de
Hollywood.
El objetivo de la misión era rescatar en pleno vuelo la
Génesis para evitar un impacto contra la Tierra, y de esa manera
evitar la contaminación de las muestras de la sonda.
La entrada de Génesis en la atmósfera era seguida desde el Campo de
Entrenamiento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, en el
desierto del estado de Utah, con un sistema de localización GPS
(Global Positioning System) que estaba en continua coordinación con
los helicópteros de recuperación.
Iba a usar un nuevo sistema de frenado de caída con un innovador
parapente de nylon que mide unos 10,5 metros de largo por tres de
ancho, que además estaba reforzado con cables de sujeción de
Technora, una variante del Kevlar.
El primer paracaídas iba a ser accionado aproximadamente a 33
kilómetros de altura para estabilizar la cápsula. Luego, el segundo
sistema de frenado activaría la apertura de un parapente
permitiéndole a la cápsula planear a una velocidad de unos 15
kilómetros por hora.
Dos helicópteros estaban preparados para el enganche de la sonda:
uno iba a ejecutar la recogida por el lado posterior del parapente y
el segundo volaría en su persecución por si había algún imprevisto.
El helicóptero depositará en tierra la cápsula con suavidad para que
un equipo de apoyo asegure su sujeción antes de ser transportada a
un "recinto seguro".
Pero todos los planes fallaron. La sonda comenzó a girar sin
control y los paracaídas no se abrieron. A pesar del cuidadoso plan
de la NASA, el artefacto terminó incrustado en el desierto de Utah
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