Los 'hackers'
buscan salvar a EEUU
Jason Larsen escribe
unas cuantas líneas de un código informático para acceder a los
controles de una planta química cercana. Entonces encuentra un
cámara online dentro de las instalaciones y comprueba que ha
aumentado unas cifras de presión.
"Este es el reto. Eres tú descubriendo los defectos", dice al ser
preguntado acerca de sus motivaciones. "Eres tú contra los
defensores. Viene de una necesidad profundamente asentada de
descubrir cómo Publicidad
funcionan las cosas".
Larsen, de 31 años, que tiene el pelo largo y un aparato dental, es
un pirata informático con una inclinación. Su objetivo no es causar
la devastación, sino aumentar la seguridad de los ferrocarriles,
servicios públicos y otras infraestructuras en Estados Unidos, como
parte de un proyecto respaldado por el Laboratorio Nacional de
Ingeniería y Medioambiente.
Con fondos del Departamento de Energía de los Estados Unidos, el
laboratorio de Idaho inauguró el mes pasado un nuevo centro de
seguridad cibernética donde 'hackers' expertos como Larsen
comprueban las vulnerabilidades informáticas. INEEL da a estos
expertos acceso a una infraestructura completamente aislada similar
a la que ha accedido Larsen.
"No creo que la gente entienda el posible impacto de los ataques
cibernéticos", dijo a Reuters Paul Kearns, director de INEEL. "No
entienden la amenaza".
En los últimos meses, responsables de seguridad estadounidenses han
advertido de que la nación no está preparada contra el
ciberterrorismo.
"Tengo la seguridad de que no hay ningún sistema conectado a
Internet, tanto una conexión fija como por módem, que no pueda ser
pirateada", dijo Laurin Dodd, que supervisa los programas de
seguridad nacional de INEEL.
Dodd añadió que sólo un sistema informático completamente aislado
del exterior, como el que utiliza la Agencia Central de
Inteligencia, podría ser inmune a la piratería.
Otro problema es que muchos sistemas antiguamente aislados y que se
utilizan para controlar las vías férreas, cañerías y servicios
públicos, son actualmente accesibles desde Internet y por lo tanto
susceptibles de ser saboteados.
DESCIFRANDO EL CODIGO
Steve Schaeffer, del laboratorio de seguridad de INEEL, recibió hace
poco la petición de descodificar un sistema diseñado para General
Electric.
"Mi prueba fue vencer el sistema de esa persona de alguna forma",
dijo. "Sólo tardó dos meses antes de que tuviésemos suficiente
información para afectar al protocolo y afectar a las operaciones".
Responsables del laboratorio enfatizan que dicho tipo de piratería
se da con las instalaciones de INTEEL más que en entidades reales.
El grupo suizo de ingeniería ABB firmó recientemente de un acuerdo
para convertirse en el primer cliente en ciberseguridad de INEEL
para que el laboratorio pusiese a prueba sus vulnerabilidades
actuales.
Los responsables dijeron que, en una visita reciente, un ejecutivo
de servicios de Idaho declaró que su sistema no tenía problemas. Al
final de sus demostraciones, el asustado ejecutivo pidió una
revisión integral de su firma.
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