Como hacer jeans gastados
Desde Britney
Spears hasta Eminem, no hay ninguna estrella pop que se precie de
tal que no tenga un par de jeans gastados en el ropero. Pero, hoy,
los jeans están en el centro de un conflicto de “biopiratería” en el
que las autoridades de Kenia acusan a la Universidad de Leicester,
en Gran Bretaña, y a una compañía de biotecnología de Estados Unidos
de adquirir ilegalmente un método único que le da al jean ese
aspecto gastado natural.
La semana pasada, el Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS, según
su sigla en inglés) presentó una demanda multimillonaria en Estados
Unidos para compartir las ganancias que la firma californiana
Genencor obtiene de las sustancias químicas patentadas que se
utilizan para lavar y gastar los jeans. Estas sustancias especiales
se fabricaron a partir de microorganismos genéticamente modificados
que viven en los lagos altamente cáusticos del Valle Rift en Kenia.
Estos lagos “cáusticos”, 300 kilómetros al norte de Nairobi, tienen
un contenido alcalino tan alto que son pocos los organismos vivos
que pueden sobrevivir.
En 1992, un microbiólogo de la Universidad de Leicester, el doctor
William Grant, descubrió dos organismos que viven en los géisers
cáusticos del Lago Bogaria y en las costas del Lago Nakuru, cuyas
aguas se asemejan a las de un lavarropas lleno de detergente
caliente y espumoso. Grant no sólo encontró un microorganismo que
sobrevive en este tipo de contextos, sino también otro que suaviza
el tejido y “se come” la tintura azulada de los jeans, dándoles el
aspecto de estar gastados. También descubrió que otro organismo del
lago ayudaba a remover las manchas biológicas de los productos de
algodón.
Genencor compró las muestras de Grant, las patentó y luego las clonó
a escala industrial en laboratorios de Holanda y California. La
compañía, desde entonces, ganó más de 1 millón de dólares gracias a
ventas a fabricantes de detergentes y empresas textiles. Los
organismos que viven en medios como los de estos lagos cáusticos de
Kenia se llaman “extremófilos” y los científicos recorren el planeta
buscándolos con objetivos lucrativos. El KWS dice que Grant y
Genencor no tenían permisos para tomar muestras de los lagos. “No
tenemos ningún registro que demuestre que los científicos hubieran
notificado al KWS, ni ningún indicio de que hubiera adquirido un
permiso de investigación del Ministerio de Educación antes de
embarcarse en su empresa”, dijo un vocero. Genencor lo niega y dice
que obtuvo un permiso de otra autoridad keniata, el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología.
El KWS y el Centro Internacional de Fisiología y Ecología de Kenia
esperan poner fin a lo que consideran “una extracción ilegal de los
recursos biológicos del país”. La Convención sobre Diversidad
Biológica compromete a las partes a “compartir de manera justa y
equitativa los beneficios de la utilización de los recursos
genéticos”. Un cliente de Genencor es la multinacional Procter &
Gamble. El KWS dice que el microorganismo keniata se utilizó en los
jabones en polvo Tide. Procter & Gamble y Genencor lo niegan.
Mientras tanto, el KWS instruyó a sus abogados para que siguieran
adelante con la demanda.
Jack Huttner, vocero de Genencor, dijo que la firma se comportó
correctamente en todo momento y aseguró que la compañía estaría
dispuesta a conversar con las autoridades keniatas de aquí en
adelante. Samuel Kipket, un ex asesor de la comunidad que rodea al
Lago Bogoria le dijo al diario “The East African” que las tribus
locales nunca se habían beneficiado con la investigación realizada
en el lago. “Ni siquiera nos informaron sobre la naturaleza de la
investigación realizada por extranjeros”.
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