Los Sims II, un videojuego en el que los
personajes aman y envejecen como en la vida real
Sims 2
, una versión muy mejorada del juego de
simulación de la vida real de Maxis, es la reacción en
videojuegos a los reality shows de la TV como “The Real World” y
“Big Brother”. Al igual que estos programas, Sims 2 permite que las
vidas de sus personajes transcurran entre momentos de caos y
carnalidad. Pero a diferencia de la televisión, donde el público se
ve confinado al papel de espectador pasivo, el juego hace que el
jugador intervenga en la acción haciendo el papel de Dios. Y no un
dios distante y magnánimo, sino uno de esos mezquinos dioses romanos
que se divierten jugando con la gente.
Secuela de uno de los videojuegos más exitosos de la historia, Sims
2 parece la casa de muñecas soñada por todas las chicas, pero con
muñecos mucho mejores. Los gráficos en 3D del nuevo juego se mueven
más que las figuras duras e inexpresivas del original y los Sims
ofrecen rostros capaces de transmitir emociones varias. En el primer
juego, los jugadores podían ver las casas de los Sims sólo desde
distancias y ángulos fijos; ahora enfocan cada detalle, hasta pueden
mirar las pinturas colgadas en la pared.
Las animaciones del juego despliegan detalles maravillosos, incluso
cuando la acción es tan simple como un Sim poniendo fiambre y pan
sobre una tabla para prepararse un sandwich. Si un Sim enciende el
televisor, no sólo se suceden rápidamente imágenes repetitivas en la
pantalla, sino un elaborado programa tras otro. Si llama a la
policía durante un asalto, llega un policía y lucha con el ladrón en
un torbellino de polvo a la manera de un dibujo animado de Bugs
Bunny.
Si un Sim recibe un shock eléctrico su esqueleto brillará a través
de su piel transparente ante las miradas horrorizadas de sus
compañeros de casa. Podrá recuperarse de ese shock con un baño y
durmiendo toda la noche, pero, al igual que el resto de nosotros,
los Sims sufren la más terrible de las enfermedades degenerativas,
la vejez. Los Sims dejaron de ser Dorian Gray inmutables. Ahora
envejecen por etapas, manteniendo la misma edad hasta el día que dan
un salto violento de niño a adolescente o de adulto a viejo. Su vida
transcurre rápido: el trayecto del nacimiento a la muerte lleva
apenas unos meses en tiempo Sims, y se completa un día Sims en 5 o
10 minutos.
En tiempo real, se puede armar una dinastía familiar en apenas unas
semanas. Igual que en el juego original, el juego básico se
construye llevando adelante la vida cotidiana de personajes
virtuales semi-autónomos, ocupándose de sus necesidades elementales,
que incluyen dormir, comer y bañarse, y necesidades tales como
moverse socialmente con otros, tener éxito en el trabajo y
enamorarse. Además, ahora se le pide al jugador que piense para cada
Sim una aspiración primordial. Un Sim que quiere ganar una fortuna
trabaja duro para salir adelante; un buscador de conocimiento se
pasa horas mirando las estrellas con un telescopio; un Sim romántico
vive para enamorarse.
En base a sus aspiraciones, cada Sim tiene metas a corto plazo, como
coquetear con un vecino o aprender a cocinar spaghetti. Se pueden
ignorar esas metas, pero alcanzarlas hará que su Sim sea más feliz y
más exitoso y usted ganará puntos que pueden usarse para comprar
artículos útiles. Los Sims tambiénn tiene miedos al rechazo, al
fuego o a la pérdida de un ser amado. El modelo de aspiraciones hace
que Sims 2 tenga mucho más de juego que el original, con metas
alcanzables y algo similar a un puntaje. Pero Sims 2 sigue siendo
esencialmente una farsa libre, que sólo requiere mantener a los Sims
alimentados, limpios y descansados.
Todo lo de más depende de usted. Puede concentrarse en hacerse rico
o ganar popularidad. Puede pensar en criar hijos, trabajar para que
sus hijos vayan a la escuela privada y enseñarles buenos modales.
Tampoco falta el sexo en el mundo de los Sims. Cuando su Sim se
relaciona con otro, hay todo un menú de opciones. En una primera
cita se puede charlar o fanfarronear; si existe una amistad de por
medio se puede optar por contar chismes o compartir intereses
comunes. Puede flirtear con un Sim, pasar a abrazarse y besarse y,
finalmente, zambullirse en una cama o una bañera llena. Lo único que
verá en su pantalla es a sus Sims desapareciendo bajo las sábanas o
en el agua, con grandes sonrisas. Hasta puede que haya algún
embarazo, con Sims recién nacidos que heredan la genética paterna.
Pero lo que hace que el mundo de los Sims sea tan irresistible es su
estructura de final abierto gracias a la cual los jugadores pueden
tomar decisiones de la vida real. Si le interesa la arquitectura
puede concentrarse en casas, usando la amplia selección de
herramientas de construcción que tiene el juego para construir y
reformar casas o pasar horas diseñando interiores o haciendo
paisajismo. Con el mismo esmero se pueden diseñar personas. Si bien
hay distintos modelos de personajes Sim básicos para elegir, también
se puede crear una cara de la nada, determinando el tamaño y el tipo
de nariz, la longitud del mentón, el ancho del rostro y casi todo lo
demás. Con suficiente esfuerzo, si el jugador quiere, puede crear un
Sim que se le parezca.
Sims tiene que ver con la vida, o al menos con todo lo que a ella se
refiere susceptible de ser comprimido en un disco de computadora.
(c) The New York Times y Clarín, 2004.
Traducción de Cristina Sardoy
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