La
píldora contra la resaca causa furor en los Estados Unidos
Spirit Sciences USA, la
empresa californiana que la comercializa, asegura que al ingerir dos
pastillas se reducen los efectos de la resaca en sólo treinta
minutos.
La píldora —en base a un
compuesto de vitamina C, hidratos de carbono y aminoácidos—, baja la
producción de acetaldehído, un químico nocivo que surge de la
metabolización del alcohol. No sólo es el causante de la resaca:
también se transforma en ácido acético, dañino para el hígado.
La pastilla contra la
resaca nació en un laboratorio al sur de Moscú hace más de tres
décadas cuando la desarrolló el científico ruso Yevgeny Mayevsky.
Según la leyenda que Spirit Sciences se encargó de alimentar, los
primeros clientes de Mayevsky fueron los agentes de la KGB. Creían
que la pastilla los ayudaba a mantenerse sobrios mientras extraían
confesiones de sus ebrios rivales.
Pese al revolucionario
invento, Mayevsky y su invento permanecieron en el anonimato hasta
2000. Ese año Dmitry Myasnikov, socio de Emil Chiaberi, presidente
de Spirit Sciencies USA, comenzó la producción masiva del producto
en Rusia. El siguiente paso fue el debut en EE.UU. en mayo de 2003
con el nombre de RU-21, en alusión a la edad legal para empezar a
consumir alcohol, los 21 años.
Calculan que las ventas
anuales en el mundo ascienden a los 36 millones de dólares. Ya está
a la venta en 12 países, entre ellos Chile, Vietnam y el Reino
Unido. A España llegará antes de fin de año año. Y debutará en
México en las próximas semanas.
El éxito del producto
llegó acompañado de una fuerte polémica. "Ofrece una falsa sensación
de seguridad", afirmó Pam McCracken, experta en narcóticos de la
Universidad Estatal de Colorado. "La gente piensa que, porque toman
estas pastillas, pueden beber más y evitar las consecuencias
—agregó—. Pero el cuerpo sólo puede tolerar una cierta cantidad de
alcohol".
La comercializadora
recurre a todo tipo de estudios para defender la RU-21. Es el caso
de estudios de los Institutos Nacionales de Salud (INH) de EE.UU.,
según los cuales, las resacas le cuestan al país 185 mil millones de
dólares anuales por ausentismos y bajo rendimiento laboral.
Algunos periodistas se
prestaron para probar la píldora. Mark Rahner, periodista del "Seattle
Times", pensó que amanecería en un estado desastroso después de una
noche de tragos. Sin embargo, asegura que se levantó como si nada
hubiera tomado.
En cambio, Alex
Hannaford del diario británico "The Guardian" no tuvo tanta suerte.
"El resultado fue desastroso", aseguró después de una maratón de
alcohol. A las seis de la tarde del día siguiente de su experimento,
Hannaford reunió fuerzas para llamar a Chiaberi. El presidente de
Spirit Sciences USA le preguntó cuántas copas había tomado. Y le
respondió: "Esta pastilla es para bebedores moderados".
Fuente: http://iblnews.com
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