Bielsa se va de la Selección
Sorpresas que da
el fútbol. Marcelo Bielsa esta noche, en una conferencia de prensa
que dará hoy a las 20 en el predio de la AFA en Ezeiza, anunciará
que no continuará al frente de la Selección Nacional.
Por el momento no se conocen los motivos que lo habrían motivado a
tomar esta decisión. Sobre todo porque en los últimos dos torneos
hubo un claro acercamiento con la gente. Primero, en la Copa
América. El equipo jugó muy bien y, pese a perder la final con
Brasil, la opinión general fue que se jugó más que bien. Y
luego con la obtención de la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos.
En las últimas horas, el propio Bielsa le presentó su renuncia de
manera oficial a Julio Grondona, quien ahora tiene una dura misión
por delante: resolver quién será el sucesor. Hay un nombre
que, lógicamente, ocupa el primer lugar entre los candidatos:
Carlos Bianchi. Pero Grondona sabe que no será fácil. Por un
motivo fundamental: la relación personal entre ambos no es buena.
Ahora, es necesario pensar en un plan B. Y ahí surge el nombre de
Héctor Cúper, quien se desvinculó del Inter y tiene una claúsula que
le impide trabajar.
Vale recordar que Marcelo Bielsa tuvo un muy buen arranque con el
equipo en las Eliminatorias pasadas. Logró buenos resultados y, por
momentos, el funcionamiento fue más que óptimo. Pero llegó el
tiempo de las confirmaciones, en el Mundial de Corea-Japón, y las
frustraciones se multiplicaron tras la eliminación en primera rueda.
Todavía se habla de su final, tras perder con Suecia: se lo vio muy
dolorido, incluso llorando en los vestuarios y consolado por los
jugadores.
Luego de ese fracaso, calificado así por él mismo, llegó el tiempo
de los rumores. Todos los caminos conducían a su alejamiento.
Además, con Grondona nunca se llevó bien y los pronósticos lo daban
más afuera que adentro. Error, porque a las pocas semanas
(después de interminables y duras reuniones en el campo del
entrenador), se definió su continuidad.
Algo, a esa altura, era inalterable: la relación con la gente
estaba en punto muerto. Se sucedieron las victorias, pero seguía
sin haber feeling. Hubo, sí, un quiebre, en la Copa América de Perú.
Bielsa apostó por un cambio de nombres y el funcionamiento fue otro,
bien distinto. Mucho toque, pelota al piso y se apostó al
fútbol de siempre de los argentinos. Pese a perder en la final con
Brasil, con aquel gol agónico de Adriano, quedó la sensación de que
empezaba otra historia. Y ni hablar con lo demostrado en Atenas: el
equipo demostró enorme superioridad sobre el resto y se quedó
claramente con la medalla de Oro.
En el momento e la reconciliación, mientras paladeaba la gloria,
Marcelo Bielsa se va. Sorpresivamente. Fiel a su estilo
Fuente: clarin.com
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