La vida de Emma Sealey no era sencilla. Su obesidad -pesaba 190 kilos- le impedía llevar una vida normal, de hecho ni siquiera podía usar un cinturón de seguridad porque el largo de la cinta no alcanzaba a cubrirla. Por esto, parte de su familia quiso ayudarla y le ofreció costear los gastos de una operación para que se pusiera …
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