Esta iniciativa surge en medio de una serie de medidas de austeridad, que incluyen la venta de propiedades y la reducción de su presupuesto operativo en un 10%. Estas decisiones fueron motivadas por años de casos de abuso que han manchado la reputación de la Iglesia, donde se han documentado actos de depredación sexual en contra de menores a lo largo de varias décadas.

Medidas de Austeridad y Recursos para el Fondos

Para reunir los fondos necesarios, la arquidiócesis ha despedido a empleados y vendido activos, incluidos su antigua sede en Manhattan por más de $100 millones. Asimismo, en un esfuerzo por facilitar las negociaciones, han decidido contratar al retirado juez Daniel J. Buckley como mediador con los sobrevivientes, quien anteriormente participó en importantes acuerdos en Los Ángeles.

La Importancia de la Transparencia

En el contexto de litigios civiles que comenzarán en 2026, el abogado Jeff Anderson, que representa a cerca de 300 de los sobrevivientes, ha subrayado la exigencia de que cualquier acuerdo incluya una divulgación completa de las faltas cometidas y medidas efectivas para prevenir futuros abusos. «La hora de rendir cuentas ha llegado y es más que necesaria», afirmó.

Reacciones de la Iglesia y Acciones Similares en Nueva Orleans

Cardenal Timothy Dolan, líder de la arquidiócesis de Nueva York, ha pedido disculpas en nombre de la Iglesia por la traición a la confianza de los fieles al no garantizar la seguridad de los jóvenes. Este anuncio coincide con la revelación de que la arquidiócesis de Nueva Orleans acordó pagar $305 millones a alrededor de 600 sobrevivientes de abusos por clérigos. Esta suma es parte de un proceso que busca cerrar heridas en una de las instituciones más antiguas del país, que ha lidiado con escándalos similares desde hace años.

Conflictos Legales y Afectaciones por el Seguro

La arquidiócesis de Nueva York enfrenta complicaciones adicionales debido a disputas legales con Chubb, su proveedor de seguros, que ha rechazado cumplir con las reclamaciones por casos de abuso sexual de años anteriores a 2000. Por su parte, Chubb ha denunciado la falta de transparencia por parte de la arquidiócesis, acusando a la organización de encubrir el abuso a lo largo del tiempo.

Esta situación destaca la urgencia de una búsqueda de justicia tanto para los sobrevivientes como para la reconstrucción de la confianza en la institución religiosa, que se ha visto endurecida por décadas de escándalos y encubrimientos.