Más de 1.000 pacientes fallecen en Gaza esperando evacuaciones médicas
La crisis sanitaria en Gaza se agrava: más de mil personas han perdido la vida mientras aguardaban atención médica, según denuncia la OMS.
En un alarmante informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que, entre julio de 2024 y el 28 de noviembre de 2025, al menos 1.092 pacientes murieron en la Franja de Gaza mientras esperaban ser evacuados para recibir atención médica. Esta cifra, según la OMS, podría ser menor a la real debido a que se basa solo en los fallecimientos notificados oficialmente.
El crítico estado del sistema sanitario
El sistema de salud en Gaza está al borde del colapso. De los 36 hospitales en la región, solo 18 funcionan parcialmente, reflejando una capacidad operativa muy limitada. Además, apenas el 43% de los centros de atención primaria están disponibles, lo que dificulta el acceso a tratamientos médicos vitales.
Escasez de suministros médicos
La OMS también ha señalado la grave falta de medicamentos esenciales y equipos médicos, incluyendo aquellos necesarios para la atención de enfermedades cardíacas. Ante esta sombría realidad, Rik Peeperkorn, representante de la OMS en el territorio, instó a que se facilite la evacuación de pacientes hacia otros países, así como la reanudación de los traslados médicos hacia Cisjordania y Jerusalén Oriental.
Intervención necesaria para salvar vidas
A pesar de que ha habido cierta mejora en la aprobación de suministros médicos, el proceso de ingreso sigue siendo excesivamente complicado y lento. La OMS enfrenta múltiples obstáculos para llevar reactivos y componentes de laboratorio a la zona, muchos de los cuales son rechazados por considerarse de «doble uso». Peeperkorn hizo un llamado a las autoridades israelíes para que otorguen aprobaciones generales que faciliten el ingreso de insumos médicos indispensables.
Impacto de las condiciones climáticas
La situación se ha visto aún más deteriorada por la tormenta Byron, que afectó gravemente a las familias desplazadas. Las difíciles condiciones invernales, sumadas a la escasez de agua y servicios de saneamiento, elevan el riesgo de infecciones respiratorias agudas, hepatitis y enfermedades diarreicas, afectando especialmente a niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.
