Expertos de la ONU afirmaron este miércoles que el tsunami de barro y desechos mineros que sepultó un pueblo del sureste brasileño, contaminó un río y alcanzó el Atlántico es tóxico, en contra de lo que aseguraba la empresa responsable del dique que causó el desastre. «Nuevas pruebas muestran que el colapso de un dique de desechos pertenecientes a una joint-venture entre Vale y BHP Billiton (Samarco) que lanzó 50 millones de toneladas de residuos de mineral de hierro, arrojó altos niveles de metales pesados tóxicos y otros productos químicos tóxicos en el rio Doce», aseguró el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU en un comunicado. El escrito -en el que aparecen citados el relator especial sobre derechos humanos y medio ambiente, John Knox, y el experto independiente en derechos humanos y sustancias y residuos peligrosos de la ONU Baskut Tuncak- no especifica de qué nuevas evidencias se trata, aunque sí se refirió a los afectados. «Hospitales en Mariana y Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais (sudeste), recibieron varios pacientes», dice. Un día después de que el 5 de noviembre se rompiera un dique de contención de Samarco cerca de la ciudad colonial de Mariana, causando una avalancha que dejó 12 muertos y 12 desaparecidos, la minera brasileña aseguró que el lodo estaba formado en su mayoría por arena procedente de la extracción del mineral de hierro y no presentaba «ningún elemento químico que provoque daño a la salud». La masa viscosa de fango y residuos mineros mezclados con grasas y aceites inició entonces su viaje a través del río Doce, una de las grandes cuencas hidrográficas de Brasil, hasta que este fin de semana alcanzó el océano Atlántico, tras recorrer 650 kilómetros en 16 días. Más de 280.000 personas están sin agua y miles de animales murieron, por lo que la ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, calificó las consecuencias del deslave como el «mayor desastre ambiental que Brasil enfrentó jamás». «No es aceptable que haya demorado tres semanas para que las informaciones sobre los riesgos tóxicos de la catástrofe hayan salido a la superficie», reclamaron los expertos de la ONU. La escala del daño ambiental es equivalente a 20.000 piscinas olímpicas de residuos de lodo tóxico contaminando el suelo, los ríos y el sistema de agua en un área de más de 850 kilómetros, según los especialistas internacionales, que instaron a las autoridades y a las empresas responsables a asumir un mayor compromiso. «Las medidas tomadas por el gobierno brasileño, Vale y BHP Billiton para evitar daños fueron claramente insuficientes. El Gobierno y las empresas deben hacer todo a su alcance para evitar más daños, incluyendo la exposición a metales pesados y otras sustancias químicas tóxicas», alertaron Knox y Tuncak. El Instituto de Medio Ambiente de Espíritu Santo, el estado por el que desemboca el lodo en el mar, informó el lunes que los peces en el río Doce «ya no tienen más condiciones de contribuir para la repoblación del río, sus afluentes y lagunas próximas», ya que fueron «debilitados por la condición grave del agua mezclada con el barro» y no sobrevivirán aun si son transportados a otros cauces. El río «ahora se considera muerto por los científicos, y el lodo tóxico está siguiendo lentamente su camino río abajo en dirección al Parque Nacional Marinho de Abrolhos, donde amenaza a la vegetación protegida», denunció Knox.
ONU: ola de barro generada por deslave minero es tóxica
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