El crimen de Uriel Cisneros, de apenas cuatro años, ocurrió en septiembre de 2015 y conmovió a todo Mar del Plata por la crueldad. La autopsia determinó que murió por asfixia, pero antes había sido golpeado, quemado y empalado. Este miércoles la justicia condenó a prisión perpetua a la pareja que lo tenía a cargo, a la pena de cinco años de prisión a la madre biológica de la víctima y absolvió a los otros cinco imputados.
Si bien no se pudo probar en el juicio que la muerte del chico se produjo durante un rito umbanda, que era la principal hipótesis durante la investigación, sí quedó demostrado que «hubo un aumento gradual de la violencia aplicada, que tuvo como resultado la muerte y les fue indiferente”.
Para los jueces quedó probado que la madre de Uriel no desconocía los maltratos que padecía el menor, pero no hizo nada para salvarlo «del despiadado castigo». Sin embargo, no hubo pruebas suficientes que acreditaran que el chico murió durante la ceremonia umbanda ni que la «Mae Rosa» hubiese instigado el crimen. Por lo tanto ella, como otros cuatro imputados, terminaron absueltos.
En cambio nada atenuó la responsabilidad sobre la pareja que debía cuidar al nene y ambos fueron condenados a la pena máxima. En ese sentido, el tribunal señaló que “el ritual resulta ser sólo uno de los episodios, pero no el de mayor capacidad lesiva”, y que las lesiones fueron infringidas por las personas que lo tenían a su cuidado con la «intención de divertirse».
Uriel fue asesinado entre las 5.30 y las 7.30 del 11 de septiembre de 2015 en la casa donde vivían Toledo y Grollino. El informe de los forenses sostuvo que fue en ese lugar donde se llevó adelante “la maniobra estrangulatoria por lazo con asfixia mecánica tras la comprensión del cuello y la aspiración del vómito” que provocó la muerte de la víctima.
La autopsia estableció además que presentaba una herida en la frente producto de un golpe que le pudo hacer perder la conciencia, laceraciones y quemaduras, lesiones y múltiples desgarros compatibles con un abuso sexual por «empalamiento».