El fiscal federal Federico Delgado pidió el procesamiento de la esposa del ex funcionario José López, María Amalia Díaz; de los presuntos testaferros Andrés Galera y Eduardo Gutiérrez; y de la monja Celia Inés Aparicio. Fuentes judiciales informaron que mediante un requerimiento ante el juez Daniel Rafecas, la Fiscalía pidió además ampliar el procesamiento sobre López por enriquecimiento ilícito, al considerar que era el «verdadero dueño» de la vivienda de Dique Luján, en Tigre. «Todo ello prueba que en el convento sabían que iba a ir López y de hecho lo estaban esperando en plena madrugada. También tenían conocimiento del contenido de los bolsos», dijo Delgado al acusar por encubrimiento a «la hermana Inés». «María Amalia Díaz, quien junto con López construyeron la casa de Dique Luján en la que vivían y tenían oculta la gran suma de dinero secuestrada en la causa, y luego coordinó telefónicamente la llegada de López al Monasterio, tal como veremos a continuación. Sigamos», acusó. La monja Inés había asegurado ante el juez creer que López traía comestibles en los bolsos, pero para la fiscalía «tenía conocimiento» que había dólares en su interior. «Son contundentes las imágenes que muestran a la Hermana Celia Inés Aparicio en la mitad de la noche, tomando los bolsos con el dinero que va dejando López en la puerta de entrada e ingresándolos al interior de la propiedad del Monasterio», aseguró la fiscalía, que pidió procesarla por encubrimiento, una pena que va de seis meses a tres años de prisión. Por otra parte, reiteró ante el juez Rafecas la necesidad de realizar una junta médica para evaluar a la madre superiora Alba Día de España Martínez Fernández, luego que dos estudios médicos concluyeran que es inimputable. Para la fiscalía, los dos estudios son contradictorios, y la realización de la junta será definitivo. Además, el fiscal también acusa de encubrimiento, aunque sin pedir la indagatoria, de las hermanas María Antonia Casas y Marcela Estefanía Albín, las monjas de clausura que estuvieron en el convento aquella madrugada del 14 de junio pasado cuando López llegó con los bolsos. Hasta el momento, las monjas Casas y Estefanía ya prestaron declaración como testigos. En tanto, acusó a María Amalia Díaz, de ser partícipe del enriquecimiento ilícito de López al asegurar que ambos son «los verdaderos dueños» de la casa de Dique Luján que alquilaban y que ella planificó con llamados telefónicos a la madre Alba, la huida del ex funcionario al convento de General Rodríguez. En ese sentido, tuvo que en cuenta que al ampliar su indagatoria ayer, López dijo que los bolsos con los casi nueve millónes de dólares «los tenía ocultos en su casa de dique Luján, más precisamente, en un contrapiso del tanque de agua ubicado arriba de la habitación personal de él y de su esposa». Sobre Galera y Gutiérrez el fiscal los acusa de ser testaferros: el primero fue el dueño original de la vivienda de Dique Luján en Tigre y en 2010 se la vendió al segundo, quien en la actualidad seguía figurando como el propietario. Delgado recordó que pese a que López y su esposa decían ser inquilinos, fueron ellos y no los propietarios quienes decidían las reformas por casi dos millones de pesos que se realizó entre el 2009 y 2011. «Hubo un nutrido intercambio de correos electrónicos con el profesional en los que se habla de presupuestos y los gustos personales de López y su mujer», agregó el fiscal. Incluso, valoró que los honorarios del arquitecto Federico Curcio los pagó Galera. Por último, la fiscalía pidió ampliar el procesamiento de López por la tenencia de la casa, pues ya lo fue por el hallazgo de los casi nueve millones de dólares.
Piden procesar a mujer de López, las monjas y los testaferros
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