Está ubicada a metros del faro y es furor entre los turistas que veranean con sus mascotas
Teo juega entre las carpas. Corre, salta, se revuelca en la arena y se acerca a pedir mimos. La pasa bien. Es un Weimaraner de dos años y en 2016 le tocó veranear con su familia, los Tasano. Viajaron desde Bernal y disfrutan toda la quincena en Mar del Plata, a metros del faro, allí, donde está instalado el primer balneario «pet fiendly» del país. Uno de los diferenciales de la ciudad durante esta temporada y furor entre los amantes de las mascotas.
Es la primera vez que Teo pasa todas las vacaciones en la playa. El año pasado se había quedado en una guardería, pero sufrió estrés. «Lo cuidaron muy bien, pero estar lejos de casa y con otros perros se ve que le afectó. Cuando volvió con nosotros empezó a perder pelo y tuvimos que darle antibióticos», cuenta María desde una de las carpas de «Yes Playa Canina». Hace unos meses supo de la iniciativa a través de Facebook y reservó un lugar.
Algo similar le pasó a María Luján Martínez. Es de Adrogué y llegó en una camioneta con su marido, su hija, reposeras, heladerita y sus dos mascotas, Leticia y Lucrecia. «La familia somos todos. Ellas incluidas, así que las vacaciones también tienen que ser para todos», dice con una sonrisa. Mientras tanto, Julieta nada en la pileta con una ojota en la boca y Leticia le da la pata a cuanta persona pasa por su lado.