¿Por qué hoy es más fácil tener tu propio helicóptero?
Tras la reciente modificación a la ley de fideicomiso, el sistema fractional ownership (propiedad fraccionada) se trata, simplemente, de la posibilidad de adquirir, entre un reducido número de socios quienes en muchas ocasiones ni siquiera se conocen personalmente, un helicóptero o un avión. De esta manera, cada uno dispone de la aeronave bajo un sistema similar al del tiempo compartido, en el que abona un monto para comprar una mensualidad para mantenimiento, así como las horas de piloto y consumo de combustible. Esencialmente, lo que modificó la ley es que si un grupo de socios deseaban comprar un bien, todos eran solidariamente responsables ante cualquier eventualidad, mientras que ahora cada propietario tiene una responsabilidad limitada a su fracción. El sistema nació en el país luego de que la autoridad aeronáutica argentina aprobara por primera vez la venta fraccional de aeronaves bajo la figura de un fideicomiso. Es el origen de Ventus Flights, una compañía especializada en aviación privada y ejecutiva, además de en la comercialización de aeronaves. “A nivel mundial, este sistema de compartir y optimizar bienes subutilizados es tendencia hace tiempo: en el segmento terrestre ha sido impulsado por Uber; en propiedades, por Airbnb, y en el sector aéreo comenzó en 1986 cuando la empresa NetJets, en los Estados Unidos, introdujo este concepto en el mercado y se constituyó como la pionera de la propiedad fraccionada en la aviación privada”, explica Sebastián Chicou, expiloto de Aerolíneas Argentinas y director de la compañía. Para el universo de la aviación existen tres grandes segmentos de mercado: el full owner, donde una persona compra su helicóptero o avión; el modelo on demand, que significa que el usuario solicita cuando precisa un vuelo y abona el alquiler por el tiempo empleado; y el fractional ownership, que implica comprar una aeronave entre varios socios y que, de alguna manera, otorga casi los mismos beneficios de ser propietario único pero con costos menores a los del sistema bajo demanda. Ventus Flights ofrece cumplir el sueño del helicóptero propio por u$s 75 mil, que se abonan una sola vez y que le otorgan al socio el derecho a usar la aeronave 60 horas al año. Además de esta inversión inicial, que puede ser revendida o heredada con baja depreciación, hay distintos costos para sumar: una expensa fija que cubre hangar, seguro y gastos administrativos, de u$s 1.500 al mes; más un gasto de mantenimiento que se distribuye según las horas que cada propietario usó la aeronave y, finalmente, el gasto variable de combustible y horas hombre del piloto, entre otras cuestiones. Si el destino que se le dará al helicóptero no es corporativo sino familiar o recreativo, suele suceder que, con el tiempo, el dueño y su familia no encuentren tan divertido el viaje en helicóptero o tomen nota que las 60 horas anuales es mucho tiempo. Para estos casos, la compañía también prevé una solución: el propietario puede, por ejemplo, ceder sus horas a la empresa para que las comercialice, llevarse el 80 % de lo recaudado y disminuir los costos fijos mensuales. En este negocio, el éxito del sistema radica en que este tipo de máquinas tiene mucho tiempo ocioso y un elevado costo de mantenimiento, por lo que esta implementación ayuda a reducir gastos y seguir volando como dueños sin necesidad de ocuparse del mantenimiento. Un atractivo adicional es que “los fiduciarios no pueden pilotear las aeronaves pero sí pueden tomar horas de vuelvo como instrucción si están interesados o haciendo el curso de piloto”.