Industria automotriz “En aquel momento -recordó Sica, hoy director de la consultora Abeceb- pasamos de una producción muy alta, porque Brasil traccionaba fuerte, a un nivel de entre 550 a 600 mil vehículos, y hubo empresas que pasaron de dos turnos a uno”. En declaraciones a Télam, Sica consideró que “podrá haber quizás, en este primer semestre, suspensiones en algunas terminales, pero no veo un proceso de despidos”. “La mirada de las empresas es mantener un nivel de actividad muy similar al año anterior, lo que no debería repercutir en despidos”, afirmó el analista. “Cuanto más rápido empiece a recuperarse la demanda local -estimó-, más rápida va a ser la reversión de algunos procesos de suspensión, que sí hubo en algunas terminales, en especial las que tienen mucha relación con Brasil, como fue el caso de las plantas de Renault y Fiat en Córdoba”. Sica confió en que el mercado “empiece a funcionar más libremente”, ya que deberían corregirse este año los desequilibrios en la macroeconomía, tras la superación de la discrecionalidad y las restricciones en materia de disponibilidad de importaciones y dólares. “Esto tiene un fuerte impacto en el sector, a pesar de que todavía no se definieron políticas sectoriales”, evaluó el economista. “La oferta del año pasado -explicó Sica- estuvo condicionada por la disponibilidad de dólares, con lo cual la gente no compró el auto que quería sino el que había, dadas las fuertes restricciones para importar, no sólo vehículos importados, sino partes y piezas para poder producir”. El director de Abeceb sostuvo que “en ese contexto, terminamos el año pasado con ventas de 640 mil autos, producto de lo que fue la brecha cambiaria, ya que muchos adelantaron compras aprovechando los dólares que tenían, vendían en el paralelo y compraban al tipo de cambio subsidiado”. “Este año la demanda será un poco menor, la estimamos entre 570 y 590 mil vehículos, con un repunte en el segundo semestre porque va a haber más competencia en términos de precios y financiamiento, y recuperación de los niveles de demanda, cuando el mercado laboral esté asentado y la negociación salarial cerrada”, añadió. Otro cambio importante, agregó, fue la corrección del denominado impuesto a los bienes de lujo, “que afectaba no sólo a los autos importados de alta gama, sino también a modelos nacionales, que retrasaron sus precios para no quedar incluidos en el gravamen”. “Lo que tenemos que esperar -señaló- es que los precios terminen de reacomodarse, y con el impacto que va a tener el aumento de la tasa de interés vamos a ver un mercado un poco más duro, pero en general este año los valores van a estar alineados con la pauta devaluatoria”. Sica afirmó, por último, que el impacto de la corrección de tarifas energéticas sobre el sector industrial es menor, porque el atraso tarifario más importante se concentraba en la demanda domiciliaria.
Prevén menor producción y venta de autos pero descartan despidos
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