«En este momento el río está crecido y con el viento suben los camalotes y con ellos las serpientes venenosas y otros animales que salen a buscar comida, por lo que el operativo continúa, el área está circunscripta y no hay gente en el agua», afirmó a Télam Juan Mendizábal, subsecretario de Emergencias de Quilmes. El funcionario explicó que el frente de la costa del Río de la Plata, desde Avellaneda hasta Ensenada, «se verá afectada por el fenómeno, ya que los camalotes llegarán allí durante los primeros días de febrero». «Estamos en la parte inicial del proceso, prevemos que para febrero se siga acumulando material que baja del río Paraná y que los camalotes traigan lagartos, nutrias, víboras y arañas. Por eso el operativo continuará hasta que la contingencia lo amerite», precisó. Por su parte Elizabet Barbis, secretaria de Salud local, coincidió y confirmó a Télam que el municipio sigue «en estado de alerta» y que se está preparando material gráfico para advertir a la población, como volantes y carteles. «Los animales han buscado resguardo sobre los camalotes, llegan por el río y como el río ha superado la muralla de contención, lograron llegar a la tierra», describió la funcionaria, quien detalló que las más preocupantes son las yararás «por ser venenosas y requerir un suero específico». Barbis señaló que «una vez que se termine toda la señalización correspondiente se abrirá el paso, pero hay una indicación clara de no acercarse a la costa, que sabemos que será difícil que la población acate sobre todo con las altas temperaturas propias del verano». La funcionaria explicó que desde el 31 de diciembre Defensa Civil alertó que había camalotes cercanos a la costa en los que podían venir diferentes especies, pero aún así «la gente seguía nadando entre ellos, sin reconocer el peligro que habíamos alertado que representaba». A partir del hallazgo de los primeros animales, el municipio decidió cerrar el acceso a la vereda este de la costanera: «Encontramos culebras, una yarará y un lagarto precisamente en la zona donde más se acampa», describió. «Los bichos en sí no son peligrosos mientras que la gente no los quiera tocar, por eso la advertencia es no acercarse a la zona», completó Mendizábal, quien agregó que algunos ejemplares de serpientes fueron llevados al Instituto Malbrán para que se les extraiga el veneno que se utiliza en la fabricación de sueros antiofídicos, a menudo el único tratamiento eficaz para mordeduras potencialmente mortales. En caso de encontrar una especie de ese tipo, la indicación es no tocarla ni intentar capturarla y dar aviso urgente. También se recomienda no circular descalzo, no sentarse sobre el pasto y caminar prestando atención al suelo, para evitar pisarlas accidentalmente. «Es muy importante señalizar el lugar donde se encuentra el animal, para que desde el municipio podamos detectar si se formó allí un nido y erradicarlo», explicó Barbis. Miles de personas visitan en esta época del año la costa de la ribera de Quilmes para buscar aire fresco y pasar el día, inclusive desde lugares tan distantes como Morón o Cañuelas, por lo que fue necesario cerrar el balneario para evitar accidentes ya que a raíz de la propia erosión del agua, existen roturas en las veredas que podrían ser lugares ideal para albergar estas alimañas Ante la eventual mordedura de un ofidio recomendaron no intentar cazar al ejemplar y retirar toda prenda o adorno (como cinturones, pulseras o anillos) que pueda impedir la distensión en caso de inflamación. Además se aconsejó mantener al paciente en reposo, darle abundante líquido y no realizar maniobras para intentar extraer el veneno o impedir su circulación -como laceraciones, aspiración o torniquetes-, ya que no sólo resultan perjudiciales sino que están contraindicadas. Por último, las autoridades recomendaron no aplicar suero sin diagnóstico médico y trasladar al accidentado al centro asistencial u hospital más cercano.
Prevén que los ofidios y culebras venenosas se extiendan hasta Ensenada
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