El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha hecho este sábado «un importante anuncio» acerca de «la crisis humanitaria» en la frontera sur del país y el cierre parcial del Gobierno y propuso la aprobación de una ley que prolonga por 3 años el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) a cambio del presupuesto para financiar la construcción de un muro en la frontera con México.
Trump se comprometió también a prorrogar por el mismo período el Estatus de Protección Temporal (TPS) a 300.000 inmigrantes.
El mandatario estadounidense afirmó que el sistema de inmigración de su país está «roto».
«Estoy aquí para salir del estancamiento y ofrecer al Congreso un camino hacia adelante para terminar con el cierre del Gobierno y resolver la crisis en la frontera del sur [de Estados Unidos]. Si tenemos éxito en este esfuerzo, tendremos la mejor oportunidad en mucho tiempo para una verdadera reforma bipartidista de inmigración», declaró.
El objetivo del programa DACA es proteger de las deportaciones a las personas que arribaron al país antes de ser adultas. El plan, impulsado en el 2012 durante el gobierno de Barack Obama, les garantiza algunos derechos a los migrantes, como por ejemplo, permisos de trabajo. Sin embargo, no ofrece ventajas o garantías para obtener la ciudadanía estadounidense. En marzo pasado, el programa fue anulado.
El cierre parcial del gobierno estadounidense fue provocado por la demanda del presidente de EE.UU., Donald Trump, de que el Congreso apruebe un presupuesto de 5.700 millones de dólares para financiar su plan de Seguridad Fronteriza, que incluye la construcción del muro. Los demócratas, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes, se niegan a hacerlo.
El ‘shutdown’, decretado el pasado 22 de diciembre, se ha convertido desde el sábado pasado en el más largo de la historia del país.
A miles de funcionarios de EE.UU., como al personal de Parques Nacionales, les fueron concedidas licencias sin sueldo. Mientras tanto unos 420.000 empleados federales, cuyo trabajo se considera esencial, continúan trabajando sin salario, entre ellos el FBI, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) y otros oficiales de Policía.