Queen, con su característico estilo audaz y teatral, siempre tuvo un sentido del humor que se refleja en su elección de títulos. «Una Noche en la Ópera» fue un claro ejemplo de esto, aunque muchos no se dieron cuenta de su vínculo con los hermanos Marx hasta más tarde. La banda, liderada por el carismático Freddie Mercury, decidió continuar esta tradición con «A Day at the Races», un álbum que no solo fue un éxito comercial, sino que también profundizó en su identidad musical.

Groucho Marx, un ícono del cine cómico, se encontraba retirado en su mansión de Bel Air en 1975, disfrutando de la música a la que se había asomado su vida. La llegada de una nueva banda como Queen al panorama musical era algo que no podía pasar desapercibido, y su álbum resonó por su ingenio y calidad.

Con «Una Noche en la Ópera» arrasando en los charts, la banda estaba en su apogeo, listos para explorar nuevos horizontes musicales. «A Day at the Races», lanzado el 10 de diciembre de 1976, fue una secuela que combinó su estilo distintivo con la familiaridad del álbum anterior, pero también introdujo experimentación y riesgo.

Roger Taylor, el baterista de Queen, comentó sobre el proceso creativo detrás de «A Day at the Races». La banda entendía que el estilo musical evolucionaba y se encargaron de mantener elementos de su esencia mientras presentaban algo fresco. Esta decisión demostró su madurez como artistas y su disposición para crecer dentro de su propio universo sonoro.

El lazo entre Queen y Groucho culminó en un encuentro especial en marzo de 1977. La banda, en su gira por Los Ángeles, fue invitada por el humorista a su hogar para compartir un té. Allí, Freddie Mercury obsequió a Groucho un disco de oro por las impresionantes ventas de «Una Noche en la Ópera», sellando un momento que marcó a los cuatro miembros de Queen.

Durante la visita, Groucho, con dificultades de movilidad, mostró su cariño por la música al pedirles que cantaran. Sin lugar a dudas, fue un encuentro emocionante, donde la banda interpretó “’39” junto al humorista, creando una fusión única de entretenimiento y camaradería.

Aquella reunión se convirtió en un hito para Queen y para el legado de Groucho. Aunque el humorista falleció solo cinco meses después, su conexión con la banda quedó inmortalizada. “A Day at the Races” se convirtió en un testimonio de cómo la música puede cruzar generaciones y estilos, demostrando que, al final del día, el arte tiene el poder de unir a las personas.