El legislador porteño Adrián Camps presentó un proyecto que apunta a prohibir en la ciudad el uso de los artificios pirotécnicos que tengan como fin principal la generación de ruido y planteó una multa económica para quienes incumplan con la normativa.
La iniciativa, que comenzará a ser debatida en las comisiones parlamentarias, busca desalentar la utilización de la pirotecnia que, según se indica, es «nociva» tanto para las personas como para los animales.
En rigor, la intención original buscaba la aprobación de un impedimento tanto a la fabricación como la comercialización de los artificios, pero sería de imposible aplicación ante la existencia de una ley nacional que regula esa actividad.
Por ello, Camps planteó la prohibición para los usuarios de aquellos elementos pirotécnicos que generen ruidos superiores a los permitidos y provoquen contaminación acústica, como por ejemplo los del tipo «tres tiros», «bomba de estruendo» o «batería».
También, la medida contempla a «aquellos que hagan ruido aún como efecto secundario produciendo un nivel máximo de emisión de presión sonora superior a los 70 decibeles A (dbA)».
«Este límite no ha sido fijado caprichosamente, sino que surge de los parámetros establecidos en la ley 1.540, donde se estipulan los límites máximos permisibles de ruido», explicó.
Asimismo, establece que la persona «que manipule o accione elementos de pirotecnia que tengan como único fin la generación de ruido o produzcan un nivel máximo de emisión de presión sonora superior a los 70 dbA será sancionado con una multa de 200 unidades fijas», es decir, alrededor de 1500 pesos.
«Las explosiones afectan a los recién nacidos y a las personas con trastornos de tipo autista, cuya sensibilidad auditiva las hace particularmente vulnerables», advirtió el diputado socialista.
Y agregó que «también generan daños graves al ambiente y a la fauna urbana. Cantidad de aves de aves mueren debido al estrés provocado por la violencia y persistencia de los estallidos.»
«Los animales de compañía, cuyo sentido auditivo es mucho más a sensible que el nuestro, identifican las explosiones como una señal de peligro y entran en estado de pánico; muchos escapan de sus domicilios y algunos mueren atropellados por los vehículos en la vía pública» detalla el legislador en su proyecto.