Szabad Európa anunció su cierre el pasado viernes, destacando su compromiso en ofrecer periodismo de calidad y noticias objetivas a su audiencia húngara. En un comunicado emitido el jueves, agradecieron a sus lectores por la confianza y el apoyo brindados a lo largo de los años, asegurando que sus artículos seguirán disponibles en línea.

Un regreso breve después de un cierre prolongado

La emisora fue originalmente desactivada en 1993, pero fue relanzada en 2020 tras la aprobación de la Agencia de los Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM), en respuesta a la grave disminución de la libertad de prensa en Hungría bajo el gobierno de Viktor Orbán.

Decisiones políticas de impacto

El cierre de Szabad Európa se da en un contexto donde la administración Trump ha recortado significativamente el financiamiento a organismos internacionales de noticias, incluyendo Radio Free Europe y Voice of America. Kari Lake, asesora principal de USAGM, informó al Congreso que el financiamiento se detendría, alegando que las operaciones de Szabad Európa no estaban alineadas con los intereses nacionales de EE.UU. y que socavaban la política exterior del entonces presidente Trump.

La influencia de Orbán en los medios húngaros

Desde que volvió al poder en 2010, Orbán ha consolidado un extenso imperio mediático pro-gubernamental, mientras que numerosos medios independientes han sido cerrados o controlados por figuras cercanas al gobierno. Según Reporteros Sin Fronteras, Orbán ha utilizado adquisiciones mediáticas por oligarcas conectados al gobierno para establecer un control del 80% sobre los recursos del mercado mediático en Hungría.

Legislación restrictiva para la prensa

Este año, el partido de Orbán introdujo legislación que amenaza a los medios críticos con la inclusión en listas negras y multas, si reciben financiamiento o subvenciones del extranjero. Este tipo de presión indica un clima cada vez más hostil hacia la prensa libre.

Un legado de la Guerra Fría

Radio Free Europe/Radio Liberty fue fundada durante la Guerra Fría para ofrecer información a quienes vivían bajo regímenes opresivos. Actualmente, sus programas se transmiten en 27 idiomas en 23 países de Europa del Este, Asia Central y Medio Oriente, pero la reciente eliminación de una de sus plataformas más importantes pone en riesgo el acceso a información imparcial en la región.