Para preparar un almíbar necesitamos azúcar blanco refinado, ya sea granulado o en terrones. Se mezclan el agua y el azúcar en un cazo de fondo grueso, ya que así se favorece una buena distribución del calor y una correcta cocción de la mezcla.
Iniciamos el proceso calentando suavemente, para que el azúcar se vaya disolviendo en el agua. Cuando el azúcar se ha disuelto, se puede subir el fuego para cocinar la mezcla hasta que se obtenga la consistencia deseada. En el caso de la receta de hoy, con 1 minuto a un hervor moderado será más que suficiente para lograr un almíbar flojo ideal para preparar frutas en almíbar. Durante el cocinado no debemos remover la preparación. Si vamos a preparar un almíbar de mayor densidad es recomendable pasar un pincel humedecido por la zona del cazo en contacto con el almíbar, de este modo se evita la cristalización del azúcar. Este proceso se debe repetir a lo largo de todo el proceso, en el caso del almíbar que os proponemos hoy este paso no es necesario.
Para comprobar la consistencia que va adquiriendo el almíbar, podemos hacer uso de un termómetro especial para estos menesteres (pasajarabes), o, como se ha hecho toda la vida, podemos humedecernos las yemas de los dedos y, tras dejar que un poco de almíbar se atempere, comprobamos su textura palpándolo con las yemas de los dedos.
Fuente > http://www.cocina-casera.com/2015/05/como-hacer-almibar.html