La doctora Julieta Mazziotti, miembro del servicio de Neurología del Hospital Centro de Salud, detalló una serie de recomendaciones para tener una mente sana.
Todos los hábitos que realiza una persona, mantienen el cerebro saludable. Este no es un órgano asilado, sino que también depende de cómo cuidar el resto del cuerpo; el mantenimiento de toda la circulación y las arterias sanas logra que el cerebro se mantenga bien, sostuvo.
Alimentación saludable:
La mitad del plato en el almuerzo y cena debe tener verduras. Lo ideal es consumirlas crudas para conservar todas las vitaminas e incorporar variedad de colores. Se puede incluir frutas como postres o entre comidas; pueden ser frescas, en ensaladas o asadas con cáscara. Reemplace la sal por perejil, albahaca, tomillo, romero y otros condimentos.
Actividad física:
Realizar ejercicios aeróbicos (caminar) de diez minutos en adelante la mayor cantidad de días posibles durante la semana. Esto mejora la circulación general y cerebral.
Descansar:
Dormir adecuadamente genera que todas las funciones del cuerpo estén mejor durante el día. Descansar ocho horas diarias es importante para el adulto y joven. Al no dormir bien, se produce estrés generando ansiedad, aceleración y esto repercute en las funciones neurológicas.
“La multitarea no ayuda al funcionamiento del cerebro y nos quita atención y contención en algunas cosas. Debemos tener una buena organización y tomarnos los tiempos para hacer cada cosa”, explicó Mazziotti.
Entrenar el cerebro depende de las etapas de la vida
El niño entrena el cerebro estimulado permanente por la escuela, la familia y realizando actividad física. Esto hace que el cerebro vaya desarrollándose, además de tener en cuenta una buena nutrición.
Por su parte, el adulto y joven realizan el entrenamiento del cerebro estudiando. Así desarrolla sus capacidades, o en el trabajo manteniéndose activo. Si uno puede realizar otra actividad diferente genera en la mente otro estímulo para que nuevas áreas se desarrollen.
Mientras que en las personas de la tercera edad o cuando una persona se jubila, se debe buscar actividades nuevas sin importar la capacidad que tenga para hacerlo. El objetivo es tomar un nuevo conocimiento para estimular el cerebro y sociabilizar. Una persona que está contacto y habla con otras, está más saludable y se mantiene mejor en sus funciones cognitivas.
“También hay una técnica corporal diferente a lo que hacemos habitualmente. Lavarnos los dientes con la mano contraria a la de siempre o ir por diversos caminos al trabajo; cambiar algunas cuestiones de la rutina son estímulos para el cerebro”, finalizó la profesional.