El Parlamento británico ha dado un paso significativo al aprobar la Property (Digital Assets etc) Bill, una legislación que define las criptomonedas, incluidas las stablecoins, como propiedad personal. Este anuncio fue realizado por el Lord Speaker John McFall en la Cámara de los Lores y ya cuenta con el visto bueno formal del rey Carlos III, convirtiéndola en ley.

Hasta ahora, la clasificación de las criptomonedas en el Reino Unido era incierta, ya que los tribunales solo las reconocían como propiedad en fallos específicos. Con esta nueva normativa, se establece un estatus legal claro para activos como Bitcoin, stablecoins y NFTs, lo que fortalece la protección para sus usuarios e inversores.

Con el objetivo de brindar mayor claridad regulatoria, se espera que esta iniciativa impulse al Reino Unido como un centro de innovación digital, en medio de la creciente competencia global por atraer inversiones tecnológicas. Además, se envía un mensaje contundente a otros países que aún están en proceso de definir sus marcos regulatorios para las criptomonedas.

Reacciones Positivas del Sector Cripto

La decisión ha sido recibida con entusiasmo en el sector cripto. Freddie New, jefe de políticas del grupo Bitcoin Policy UK, expresó en X: «Conviértanse en ley es un enorme avance para Bitcoin en el Reino Unido y para todos sus poseedores».

New destacó que esta es «posiblemente una de las reformas más significativas en la ley de propiedad inglesa desde la Edad Media». Por su parte, analistas subrayan que la ley no solo proporciona seguridad jurídica, sino que también facilita el acceso de empresas globales al ecosistema, promoviendo el desarrollo de proyectos en la era de Web3.

Susie Ward, CEO de Bitcoin Policy UK, también subrayó el impacto positivo de esta medida, resaltando que «ahora existe una tercera categoría de propiedad, otorgando finalmente protección legal a los satoshis que posees».

Al reconocer las criptomonedas como propiedad, el Reino Unido se afianza como uno de los primeros mercados principales en establecer un marco legal sólido para estos activos, lo que podría influir en futuras normativas en Europa y otras partes del mundo.