Revelan el Misterio de los Antojos: ¿Cómo se Activa el Deseo de Comer?
Un equipo de investigadores en Estados Unidos ha dado un paso crucial para entender por qué surgen los antojos alimentarios, una pregunta que durante mucho tiempo había permanecido sin respuesta. Este novedoso estudio también explora el fenómeno conocido como "ruido alimentario".
Los científicos llevaron a cabo mediciones de la actividad cerebral para identificar patrones asociados a estos antojos. A través de electrodos implantados, analizaron a una persona con obesidad severa que sufría de un ruido alimentario constante, documentando cómo se suprimieron los patrones de actividad cerebral relacionados con estos deseos.
Desentrañando el Ruido Alimentario
Los investigadores definieron el «ruido alimentario» como pensamientos intrusivos y compulsivos sobre comida. Este estudio representa un avance significante al ser el primero en medir estos mecanismos de forma directa mediante electrodos.
Un Proyecto Innovador
El estudio fue liderado por Amber Alhadeff, neurocientífica del Centro Monell de los Sentidos Químicos, y Casey Halpern, neurocirujano de la Universidad de Pensilvania. Los resultados fueron publicados en la prestigiosa revista Nature Medicine.
Estimulación Cerebral para Combatir Antojos
El objetivo del estudio fue investigar si la estimulación cerebral profunda, que involucra la aplicación de corrientes eléctricas en el cerebro, podría ayudar a reducir los episodios de alimentación compulsiva en personas con obesidad que no han respondido a tratamientos como la cirugía bariátrica.
Electrodos en el Núcleo Accumbens
En el procedimiento, se implantó un electrodo en el núcleo accumbens, una región del cerebro que juega un papel clave en la sensación de recompensa y que también expresa el receptor GLP-1. Este tipo de dispositivo no solo mide la actividad eléctrica, sino que también administra estimulaciones eléctricas si es necesario, siendo usado previamente en pacientes con epilepsia.
Resultados Inesperados en los Participantes
Los investigadores descubrieron que en los dos primeros participantes, los episodios de ruido alimentario estaban vinculados a un aumento en la actividad cerebral de baja frecuencia. Esta información sugiere que pueden existir indicadores medibles de antojos compulsivos.
El Caso de la Mujer de 60 Años
Una tercera participante, de 60 años, había comenzado a tomar tirzepatida, un medicamento para la diabetes tipo 2, justo antes de recibir el electrodo. Curiosamente, sus impulsos compulsivos de comer desaparecieron durante el tratamiento.
Un Indicador de Riesgo de Reaparición
Con el paso del tiempo, los investigadores notaron que la actividad cerebral relacionada con la compulsión por la comida comenzó a intensificarse en este último participante. Este fenómeno fue precedido por un “silencio” en el núcleo accumbens, lo que llevó a los científicos a preguntarse si esto servía como una señal de alerta para la reaparición del deseo de comer.
Un Hallazgo Promisorio
A pesar de que el hallazgo se basa en un solo caso, la relación entre el biomarcador neuronal y la compulsión alimentaria es significativa. Halpern sugiere que esto podría impulsar el desarrollo de tratamientos más específicos para abordar los antojos de comida.
La Tolerancia al Medicamento
La paciente continuaba tomando tirzepatida cuando sus antojos regresaron, lo que plantea la posibilidad de una tolerancia al medicamento o una desensibilización de los receptores GLP-1 en el cerebro.
Halpern espera que estas investigaciones motiven a la industria farmacéutica a diseñar tratamientos más eficaces para controlar el ruido alimentario, que actualmente se centra en la pérdida de peso pero podría no ser una solución duradera a largo plazo.
