¿Sabías que estos animales se apareaban así?
El planeta está repleto de animales en libertad extremadamente curiosos, no solo por su aspecto o comportamiento, sino por cómo llevan a cabo la reproducción.
La conocida web Pet Darling destaca las particularidades reproductivas de dos animales salvajes muy particulares por su forma de aparearse: el caballito de mar y el caracol.
Según comentan, los diferentes modos de apareamientos de animales extraños han hecho que muchos investigadores dediquen recursos a estudiar estas atípicas maneras de reproducción.
Los caballitos de mar están formados por unas 40 especies que varían en apariencia y tamaño. El más diminuto es el hippocampus Denise pigmeo. Su tamaño aproximado es dos 2 centímetros de largo, es de color naranja con protuberancias que le permiten camuflarse entre las gorgonias del Pacífico occidental. Por ello se le conoce como el “maestro del disfraz”.
Una de las especies de mayor tamaño es el conocido caballito de mar de vientre grande, que mide cerca de 33 centímetros de largo y habita en los alrededores de Nueva Zelanda y Australia.
La peculiar forma de apareamiento de los caballitos de mar
El proceso de apareamiento de los caballitos de mar es muy interesante. Según algunos estudios, los machos y hembras se cortejan durante varios días mediante un ritual de baile donde realizan movimientos al unísono, de tal forma que ambos logran una sincronización perfecta.
A pesar de que ambos sexos se parecen mucho, los expertos en esta materia han logrado diferenciarlos porque las hembras tienen la piel de la zona abdominal áspera y pronunciada, mientras que la de los machos es muy suave, además de contar con una bolsa donde la hembra deposita hasta 1500 huevos durante el apareamiento.
El proceso de gestación de los huevos dura 45 días. Durante este tiempo los progenitores se vuelven muy agresivos, esto lo hacen con el objeto de garantizar la maduración y crecimiento de las crías hasta su nacimiento. Durante el proceso de gestación la apariencia del caballito de mar cambia para de alejar a los depredadores: es su único mecanismo de defensa para asegurar que otras criaturas se mantengan alejadas.
Por lo general las crías nacen de noche y en el momento de hacerlo, son abandonadas por el padre, quien inmediatamente se prepara para recibir nuevos huevos de la hembra, siempre y cuando se hayan apareado la primera vez al inicio la temporada.
Los recién nacidos deben valerse por sí mismos, razón por la cual tienen una alta tasa de mortalidad, sólo un 1% de ellos logra desarrollarse hasta la edad de reproducción. La esperanza de vida de estos animales es de 6 años.
Aunque comúnmente se cree que la vida en pareja de los caballitos de mar es para toda la vida, la realidad es que sólo se mantienen juntos durante el proceso de reproducción. Conviven en grupos y pueden cambiar de compañeros reproductivos varias veces. Esto ocasiona algunos cambios en su hábitat y en la forma en la que eligen a su pareja.
El apareamiento de los caracoles
El mundo de los caracoles salvajes también es muy interesante. Una de las características que les ha permitido sobrevivir y garantizar su permanencia en la tierra es su anatomía y habilidad para reproducirse.
Los caracoles tienen un sistema de reproducción totalmente distinto a la gran mayoría de las especies. Esto se debe a que el diseño de sus órganos reproductores tiene una peculiaridad, son hermafroditas, es decir, tienen dos órganos reproductores: uno masculino y otro femenino.
Esta especie alcanza la madurez sexual con 1 año y su esperanza de vida es de al menos siete años.
Su madurez sexual temprana ha permitido una alta tasa de crecimiento de la especie. La ubicación estratégica de sus órganos que les ha facilitado el apareamiento.
El ritual de apareamiento de los caracoles tiene un preámbulo de al menos 12 horas antes de que cada uno fertilice los huevos en el otro. Un caracol puede pasar al menos 100 huevos en cada ciclo de apareamiento.
Después del proceso de fecundación, los huevos atravesarán un proceso de crecimiento y desarrollo del embrión. A la hora de poner los huevos, los entierran en lugares frescos. En el caso de los caracoles marinos, los colocan en zonas sólidas, como rocas, para asegurarse de que permanezcan en el mismo lugar y se desarrollen sin dificultades.
El tiempo de desarrollo de los huevos es de dos a cuatro semanas y, tan pronto como salen del cascarón, estarán en peligro debido a la debilidad de sus conchas. Su primera reacción es buscar nutrientes que les permitan endurecer sus conchas, por lo que su primer instinto es alimentarse del propio huevo.
Los caracoles requieren al menos de tres meses para completar su desarrollo y, mientras esto ocurre, permanecen en el nido. Al lograr la madurez sexual inician la búsqueda de pareja y comienza de nuevo el proceso de reproducción.