Un hombre proveniente de Swansea, al sur de Gales, no podía creer lo que veía ante sus ojos cuando fue al baño temprano por la mañana tras haber salido de fiesta con sus amigos la noche anterior, y notar unos anteojos dibujados en su rostro al mirarse al espejo.
Después de levarse con jabón durante bastante tiempo y ver que no pasaba nada, el sujeto, que no quiso revelar su identidad, se dio cuenta que se trataba de un tatuaje permanente, que incluso incluía la palabra “Rayban”.
Recién dos años después logró borrar el tatuaje por completo tras someterse a un tratamiento con láser y se animó a contar la insólita historia.
“No tenía recuerdo de haberme hecho el tatuaje porque había estado celebrando con mis amigos la noche anterior y sucedió cuando estaba borracho. Cuando desperté a la mañana siguiente pensé que alguien había usado un marcador, aunque cuando lo intenté borrar no salía”, explicó,
“Cuando mi familia me vio por primera vez fui objeto de muchas miradas, pero después me acostumbré al tatuaje y decidí no deshacerme de él”, agregó.
De todas maneras, más adelante, en otra noche de salida con sus amigos fue blanco de burlas por la gente de bar y comenzó a entender que tenía que borrar el tatuaje de una vez por todas.
“Al día siguiente pensé en mi familia y lo avergonzados que debían estar cuando salía con ellos a la calle, entonces decidí que lo tenía que sacar”, dijo.
Afortunadamente para el hombre, el tratamiento con láser fue todo un éxito hasta tal punto que ni siquiera le quedaron marcas en su piel. “Es uno de los peores tatuajes que vi en mi vida”, dijo el encargado de la clínica, Donnalee Alford.