Se vienen más aumentos pero bajarán impuestos
Por Pablo Wende, extraído del diario Infobae Los tarifazos dispuestos para los servicios de luz, gas y transporte provocaron airadas protestas y un verdadero vendaval político, incluso dentro de las filas de Cambiemos. Lo que nadie dice es que en realidad los fuertes ajustes se quedaron cortos. El fuerte aumento del tipo de cambio en el arranque de 2018 y el incremento del petróleo a nivel internacional se comieron una parte del ajuste que intentó el ministro de Energía, Juan José Aranguren. Como consecuencia, los subsidios económicos bajarán más lento de lo previsto este año, obligando a nuevos aumentos de tarifas en los semestres sucesivos. Un ejemplo bastante elocuente es lo que sucede con la electricidad. Si bien ya no hay subsidios para la distribución (es decir que Edenor y Edesur ya cobran tarifa plena), en cambio sí continúan existiendo para la generación. El plan que en su momento había elaborado Aranguren era que la demanda pague el 82% del costo de generación en 2018 (18% de subsidio) y 90% en 2019 (quedando sólo un 10%). Pero los ajustes más fuertes de las variables mencionados llevaron a un error de cálculo, por lo que recién para el 2020 quedaría ese remanente de 10% de subsidio. Algo parecido sucede con el precio del gas en boca de pozo. ¿Qué significa este cuadro? Que aún hay ajustes tarifarios significativos por delante. Es cierto, como dice el presidente Mauricio Macri, que ya pasó lo peor. Pero las tarifas seguirán aumentando bien por encima de la inflación al menos hasta fines del año que viene. Según un estudio muy detallado de la consultora Macroview, en el caso de la electricidad, la necesidad de seguir bajando subsidios llevará a un nuevo aumento de 19% en la tarifa en octubre y otro adicional de 12% en febrero del año que viene. Para el gas es más suave, porque quedan menos subsidios. Los aumentos que hay por delante serían de 12% en octubre y otro 15% en abril. La situación del transporte es más delicada. Aun después del aumento del boleto, que pasará de $ 6,25 a principios de año a $ 10 en julio, los subsidios del Gobierno para la zona metropolitana aún suman $ 100.000 millones. Los cálculos indican que de eliminarse el boleto debería costar entre 18 y 20 pesos. Pero no está claro qué es lo que decidirá el Gobierno en 2019, un año electoral. A juzgar por lo sucedido en 2017, lo más probable es que los aumentos sean o mínimos o directamente inexistentes. Entre luz, gas y transporte, los subsidios totalizarán a fines de 2018 todavía unos $ 200.000 millones, es decir el equivalente a 10.000 millones de dólares. La carta de la reducción de impuestos Este panorama explica por qué el Gobierno se negó de manera tajante a dar marcha atrás o retrotraer los aumentos tarifarios. Sucede que aun a pesar de que se apretó el acelerador, todavía queda mucho terreno para conseguir la desaparición de los subsidios (sin contar los destinados a la tarifa social). El Ministerio del Interior negociará con las provincias para que bajen Ingresos Brutos y otros impuestos que aplican a los servicios públicos y a los intendentes que saquen de la factura las tasas municipales que aplican para recaudar más fácil. El plan de pago en cuotas no es una solución de fondo. Simplemente se trata de suavizar el impacto que tendrán las tarifas en estos meses de invierno que se avecinan. Un cálculo del ex secretario de Energía, Jorge Lapeña, indicó que la tarifa de gas podría aumentar hasta 10 veces en relación a lo que se venía pagando en los meses de verano. Con esos números en la mano, el gobernador mendocino y presidente de la UCR Alfredo Cornejo negoció con Macri el plan de cuotas. Pero se viene una negociación política muy relevante esta semana. A través del Ministerio de Hacienda y especialmente el de Interior, buscarán que las provincias y municipios reduzcan la presión fiscal que aplican sobre las tarifas de luz y de gas. Concretamente, desde la Casa Rosada se pedirá una rebaja de Ingresos Bru