El 21 de septiembre se conmemorará el Día Mundial del Alzheimer, enfermedad que afecta a más de 40 millones de personas en el mundo. Es por eso que en Argentina habrá distintas actividades para tomar conciencia sobre los síntomas y cómo aprender a detectarlos a tiempo.
El Alzheimer consiste en un desorden cerebral que afecta a la habilidad de las personas para llevar a cabo sus actividades diarias. Es la forma más común de demencia entre los mayores e involucra áreas del cerebro que controlan la velocidad de pensamiento, la memoria, el lenguaje, entre otros aspectos. Los científicos han alcanzado grandes descubrimientos sobre esta enfermedad. Sin embargo, hasta ahora, no se ha identificado su causa por lo que los tratamientos actuales (no curativos) buscan lograr una mejor calidad de vida para el paciente y su familia.
La enfermedad, normalmente, se manifiesta después de los 60 años y el riesgo de desarrollarla aumenta con la edad. Aunque personas más jóvenes pueden presentar signos, es más común en adultos mayores. Aproximadamente el 5% de hombres y mujeres entre los 65 y los 74 años la desarrollan, mientras que entre los que tienen más de 85, el porcentaje de personas que la presenta alcanza el 50%. Frente a esto, los especialistas aseguran que es importante considerar que «Si bien tener olvidos pasajeros puede ser algo natural, es importante prestar atención a la frecuencia con que se producen esos episodios y a la manera en que afectan nuestro comportamiento, y en caso de sospechar la presencia de un cuadro patológico, se debe concurrir en forma urgente al médico especialista», asegura Pablo Richly, médico neuropsiquiatra, Subdirector del Instituto de Alzheimer de la Fundación INECO.
Cómo prevenirla
En Argentina, se calcula que hay cerca de 400 mil enfermos, es por eso que se buscan todo tipo de medidas para frenarlo: «De manera preventiva, se aconseja mantener una mente activa, hacer ejercicio físico, tener una buena alimentación y visitar periódicamente al médico para controlar los factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión, diabetes, tabaquismo, colesterol elevado y otros trastornos en los lípidos, que son los mismos que afectan el deterioro cognitivo», agrega Richly.
Entre los nutrientes que ayudan a la salud del cerebro, se destacan los ácidos grasos Omega 3, presentes en pescados grasos de aguas frías como el salmón rosado, la trucha, sardinas, atún, arenque y mariscos, y también en frutas secas como nueces o almendras, y aceites vegetales como el de soja o de canola. También constituyen otro grupo de nutrientes importantes los antioxidantes (presentes en alimentos de origen vegetal), la vitamina E (se encuentra en frutas secas como nueces, almendras, castañas de cajú, semillas de girasol, sésamo y aceites vegetales), los fitoquímicos y polifenoles (como el resveratrol presente en las uvas) y las catequinas (en el té verde), las procianidinas (en el cacao) y los licopenos (en el tomate), además de la vitamina B.
Sin embargo, «estas formulaciones no reemplazan a los fármacos pero podrían ayudar a los cuidados del paciente, aunque se necesitan mayores estudios en la materia para determinar qué pacientes se beneficiarían más», opina Richly.
Diez señales de advertencia (según la Alzheimen Association)
Cada individuo puede experimentar una o más de una de las señales, o hacerlo a grados diferentes. En todos los casos, se recomienda la visita al médico especialista. Ellas son:
-Cambios de memoria: Olvidar información recién aprendida, o fechas o eventos importantes. Pedir lo mismo repetidamente y depender de sistemas de ayuda para la memoria como notitas o dispositivos electrónicos, o en la ayuda de familiares para hacer cosas que antes hacía por sí mismo.
-Dificultad para planificar o resolver problemas: Algunas personas experimentan cambios en su habilidad para desarrollar y seguir un plan o trabajar con números. Pueden tener dificultad para seguir una receta de cocina o manejar las cuentas mensuales o para concentrarse.
-Dificultad para desempeñar tareas habituales: Pueden tener dificultad para llegar a un lugar conocido o administrar un presupuesto en el trabajo. Suelen necesitar ayuda de vez en cuando para usar el microondas o grabar un programa de TV.
-Desorientación en tiempo o lugar: Se olvidan fechas, estaciones y el paso del tiempo. Es posible que hasta se les olvide dónde están y cómo llegaron allí.
-Dificultad para comprender imágenes y objetos: Para algunas personas, tener problemas en la vista es una señal de Alzheimer. Pueden tener dificultad para leer, juzgar distancias, y determinar color o contraste, lo cual puede causar problemas para conducir un vehículo.
-Nuevos problemas con el uso de palabras: Pueden interrumpir una conversación sin idea de cómo seguir o que repitan mucho lo que dicen. Suelen luchar por encontrar las palabras correctas o que llamen a las cosas por un nombre incorrecto (como llamar a un ‘lápiz’ un ‘palito para escribir’.
-Colocación de objetos fuera de lugar: Se les pueden perder cosas sin poder volver sobre sus pasos para encontrarlas. A veces suelen acusar a los demás de robarles.
-Disminución o falta del buen juicio: Pueden experimentar cambios en el juicio o en la toma de decisiones. Por ejemplo, es posible que regalen grandes cantidades de dinero a las personas que venden productos y servicios por teléfono.
-Pérdida de iniciativa: Pueden empezar a perder la iniciativa para ejercer pasatiempos, actividades sociales, proyectos en el trabajo o deportes. Es posible que tengan dificultad para entender los hechos recientes de su equipo favorito. También pueden evitar formar parte en actividades sociales a causa de los cambios que han experimentado.
-Cambios en el humor o la personalidad: El humor y la personalidad de las personas con Alzheimer suelen cambiar. Pueden llegar a estar confundidas, sospechosas, deprimidas, temerosas o ansiosas. Se pueden enojar fácilmente fuera de su ambiente.
Fuente > infobae.com