La Iglesia afirmó que «recibe a todos sin excluir a nadie» en el mensaje final de Sínodo de los Obispos sobre la Familia, que se realizó en el Vaticano, y confirmó que se avanza sobre la comunión a los divorciados en nueva unión. Los padres sinodales reconocieron que tras un divorcio existen «nuevas relaciones, nuevas uniones y nuevos matrimonios, creando situaciones familiares complejas y problemáticas para la opción cristiana», quitaron la referencia a los homosexuales y potenciaron la «belleza» del matrimonio canónico. «Cristo quiso que su Iglesia sea una casa con la puerta siempre abierta, recibiendo a todos sin excluir a nadie», sostuvieron y agradecieron a quienes están «dispuestos a acompañar y a hacerse cargo de las heridas interiores y sociales de los matrimonios y de las familias». El vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, informó que el mensaje final (Nuntius) fue aprobado por mayoría, 158 votos a favor sobre 174 votantes del total de 191 con derecho a hacerlo. Asimismo, recordó que la Relatio Synodi, que sintetiza las propuestas y conclusiones debatidas sobre las nuevas realidades familiares, será entregada al papa Francisco, quien deberá decidir su publicación y será la base para el próximo Sínodo sobre la misma temática por realizarse en octubre de 2015. El contenido de ese documento generó polémicas entre aperturistas y doctrinarios, en puntos clave como la apertura de la Iglesia a los homosexuales y las uniones de hechos y la comunión a los divorciados. El Papa había planteado la necesidad de una vía «misericordiosa» a las nuevas realidades familiares y mereció críticas de un sector que interpreta que de ese modo se puede producir un cambio en la doctrina católica. En el mensaje final difundido hoy, los padres sinodales advirtieron sobre las dificultades económicas que atraviesan las familias como consecuencia “sistemas perversos, originados en el fetichismo del dinero y en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano». Asimismo, recordaron «al padre o la madre sin trabajo, impotentes frente a las necesidades aun primarias de su familia, o en los jóvenes con días vacíos, sin esperanza, y así pueden ser presa de la droga o de la criminalidad». También se hicieron eco de las problemática de “una multitud de familias» pobres, de los inmigrantes, de aquellas que sufren las guerras, de las mujeres que sufren violencia y de los niños y jóvenes víctimas de abusos. Valoraron el noviazgo, insistieron en que «el amor conyugal, único e indisoluble, persiste a pesar de las múltiples dificultades del límite humano” y recordaron que «este amor se difunde naturalmente a través de la fecundidad». Por último, los padres sinodales exhortaron a los gobiernos y a las organizaciones internacionales a promover “los derechos de la familia para el bien común». Francisco cerrará formalmente el Sínodo mañana con una misa en la plaza San Pedro, donde será beatificado el papa Pablo VI y a la que se espera que concurra el papa emérito Benedicto XVI.
Sínodo de obispos propone amparar a los homosexuales y a los divorciados
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