La mayor masacre de civiles perpetrada por los aviones de la coalición tuvo lugar el pasado abril, cuando al menos 64 residentes de Bir Mahali, en el norte de la provincia septentrional de Alepo, murieron en un bombardeo. Además, al menos 3.802 miembros del EI perecieron en los ataques aéreos y con misiles a las bases y posiciones del grupo radical en las provincias centrales de Homs y Hama, las septentrionales de Alepo y Hasaka y los dos bastiones yihadistas de Al Raqa y Deir al Zur, reportó la agencia EFE. Entre los fallecidos, hay decenas de líderes del grupo, de diversas nacionalidades, entre los cuales el Observatorio destacó a Abu Osama al Iraquí, Amer al Rafidan y Abu Saif. Al Iraquí era el «gobernador» del EI de la llamada «provincia de Al Baraka», que ocupa parte de Al Hasaka, y Al Rafidan ocupaba ese mismo cargo en la provincia de Al Jair, en Deir al Zur, ya que los radicales impusieron sus propias divisiones administrativas en el territorio que controlan. El Observatorio señaló que es probable que el número de bajas en las filas del EI y de otros grupos armados islamistas sea mayor aún, pero no ha sido posible documentarlas debido a la reserva que guardan estas facciones respecto a sus pérdidas. La coalición internacional comenzó sus bombardeos contra el EI en el territorio sirio el 23 de septiembre de 2014, un mes después de que lo hiciera en el vecino Irak.
Siria: unas 4.272 personas murieron por bombardeos de la coalición contra EI
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