El impactante descubrimiento de Hadeya Okeafor sobre su origen
Hadeya Okeafor, una joven de 26 años, compartió su inesperada historia al enterarse, a los 12 años, que fue concebida mediante fertilización in vitro, lo que la llevó a cuestionar su identidad.
Un descubrimiento inesperado
Desde pequeña, Hadeya notó que algo no encajaba. Un día, durante una tarde tranquila viendo una película con su madre, escuchó la frase que cambiaría su vida: «¿Qué pasaría si te dijera que esto te había pasado a ti?». Fue entonces cuando aprendió sobre su concepción a través de FIV.
Hadeya recuerda que, al principio, la información le pareció «un poco disparatada». Se preguntó por qué nunca lo había considerado antes, ya que era solo una niña. Sin embargo, ese momento marcó el inicio de un camino de autodescubrimiento.
Reconociendo su identidad
Aunque había crecido en un ambiente familiar que destacaba en su pequeño pueblo de la Isla del Príncipe Eduardo, Hadeya enfrentó burlas racistas durante su infancia. «Siempre asumí que, siendo mi madre blanca, yo también lo sería», reflexiona. Esta confusión acerca de su herencia se volvió más crítica al descubrir que había sido concebida de manera distinta a lo que suponía.
Aunque la FIV es común hoy en día, en sus inicios, muchas confusiones podían surgir por la falta de regulaciones. Según un especialista, más de 10 millones de bebés han nacido por este método desde 1978.
Una infancia auténtica
A pesar del sorprendente descubrimiento, Hadeya sostiene que su infancia no fue una mentira. Creció en un hogar lleno de amor y aceptación, donde siempre se sintió incluida. «Me identifico como ghanesa porque crecí con su cultura», asegura.
Su familia, que incluye a varios hermanos de raza mixta, ha sido un pilar fundamental en su vida. «Nunca me he sentido diferente con respecto a mi padre», comparte, reconociendo la importancia de su figura paterna durante toda su vida.
Un viaje de autoconocimiento
En 2019, Hadeya decidió hacerse una prueba de ADN para descubrir más sobre su padre biológico y, sorprendentemente, terminó encontrando alrededor de 12 medios hermanos, concebidos por el mismo donante. «Es difícil no sentirse como una estadística médica en ese momento», confiesa.
A pesar del shock inicial, Hadeya considera que ha tenido suerte de crecer en una familia con raíces culturales tanto ghanesas como franco-acadienas. «Tuve la oportunidad de experimentar dos culturas», concluye con gratitud, sintiéndose bendecida por su diversidad cultural.
