Este dedicado padre estaba perdiendo la dura batalla contra el cáncer, pero decidió dejarle el mejor legado del mundo a su querida y pequeña hija: Sus propias palabras. Por ello justo antes de que el cáncer terminará con su vida le escribió a su hija las tarjetas de felicitación para cada uno de sus primeros 16 años; luego una para los 18 y finalmente otra para los 21.
La pequeña Zoe nació justo cuando Bruce acababa de conocer la triste noticia de que su cáncer de piel se estaba extendiendo a una velocidad sin precedentes. Él habría hecho cualquier cosa por sanarse y estar al lado de su hija viéndola crecer, enseñándole cómo afrontar la vida, pero la enfermedad no se lo permitió.
Al final, y gracias a dios, pudo celebrar junto a ella su primer cumpleaños, pero sabía que debía hacer algo para los siguientes años. Él sabía que para ese entonces ya no estaría allí. Y aunque debido a su avanzada condición ya no podía escribir, le dictó a su esposa varias frases que demostraban lo mucho que la querría a pesar de todo.
Ahora Zoe recibe año tras años uno de los mejores regalos que jamás alguien le podrá hacer. La hermosa carta de su papá que tanto la ama y la cuida siempre, desde allá arriba.