El nuevo presidente conservador de Brasil, Michel Temer, hará el lunes una visita relámpago a Argentina, que debería dejar constancia del cambio de rumbo de la principal potencia sudamericana y de la voluntad de ambos países de recentrar el Mercosur en temáticas más comerciales y menos políticas. El mismo día, Temer irá a Paraguay, un país con el que Brasil comparte la estratégica represa hidroeléctrica de Itaipú. En las discusiones con su par argentino Mauricio Macri el brasileño abordará temas relacionados con «la seguridad y con el desarrollo de las regiones fronterizas», así como con «el fortalecimiento económico y comercial del Mercosur y las negociaciones externas del bloque», confrontado a una crisis entre sus cuatro miembros fundadores -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- con la recién llegada Venezuela. Temer fue confirmado en el cargo el 31 de agosto, tras la destitución por manipulación de las cuentas públicas de la mandataria de izquierda Dilma Rousseff, quien acusa a quien fuera su vicepresidente de «golpista». Para contrarrestar esas acusaciones y recuperar el favor de los mercados, con el fin de sacar a Brasil de su peor recesión en casi un siglo, Temer multiplica desde entonces las iniciativas diplomáticas, La visita a Argentina es la primera estrictamente bilateral. En septiembre estuvo en China, primer socio comercial de Brasil, aprovechando la cumbre del G20 de potencias industrializadas y emergentes de Hangzhou. Y luego en Nueva York, con motivo de la Asamblea general de la ONU. Macri, un político liberal, llegó por su lado al poder en 2015, poniendo fin a más de una década de gobiernos de centroizquierda. “No creo que en esta visita inaugural se entre en detalles operativos», pero la reunión Temer-Macri será la de «dos figuras con un potencial de afinidad significativo», dijo a la AFP Celso Lafer, canciller, en 2001-2002, del gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Dejará constancia de un «cambio de rumbos», tanto en la relación bilateral como en lo que respecta «al papel que debe tener el Mercosur», alejándolo de la agenda «bolivariana» impulsada por Venezuela, que está sumida en una grave crisis económica y política, agregó. Los cuatro países fundadores del Mercosur asumieron este mes de forma colegiada la presidencia del bloque, en lugar de Venezuela, y emplazaron al gobierno de Nicolás Maduro a adoptar antes de diciembre todos los compromisos de adhesión, como el de libre circulación de mercancías entre los países miembro y la cláusula democrática. En una entrevista con medios brasileños esta semana, Macri declaró que quiere «hablar en profundidad» con Temer de la situación en Venezuela, y disparó: «Si Venezuela no cumple antes del 1 de diciembre [con los compromisos asumidos], dejará de pertenecer al Mercosur». Por el lado brasileño no hubo hasta el momento declaraciones tan contundentes. Según Lafer, «el plazo ya existe (…) y ahora hay un tiempo de reflexión», en espera de que eventualmente Caracas mueva ficha. Los dos socios principales del Mercosur están por otro lado decididos a impulsar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE).
Temer visita a Macri
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