Por presiones de la barrabrava y su negativa a satisfacer sus demandas, Hernán Lewin renunció a la presidencia de Temperley y su decisión fue publicada en su cuenta personal de facebook y en la página oficial del club sureño. «Este es un mensaje de despedida para todos los hinchas del Cele. Lo estuve pensando varios días y hablando con gente que me quiere y he tomado la decisión de dar un paso al costado en mi cargo de Presidente del Club. Más allá de la tristeza que siento mientras estoy escribiendo estas líneas, creo que es lo más saludable para el futuro de Temperley», sostuvo Lewin en un comunicado. «Algunos pensarán que no soy valiente, los que me conocen saben que no es así, que fui un luchador toda mi vida y me enfrenté en mil batallas, la última duró 10 años y la ganamos juntos con mi hijo Laureano. Desde ese día, elijo solo las batallas que tienen sentido», argumentó quien como titular contribuyó notablemente a la recuperación institucional y deportiva de los Gasoleros. La alusión a su hijo se debe a que en su rol de padre se convirtió en donante del riñon que necesitaba para un trasplante y esa es lógicamente su batalla más sobresaliente. «Quiero agradecerles a todos mis compañeros de Comisión Directiva, que fueron los que realmente lograron todos los cambios que tuvo el club, a Alberto Lecchi mi lugarteniente incondicional en estos años, a la SubComisión de Fútbol que nos cumplió el sueño de jugar en PRIMERA, a los jugadores y técnicos que pasaron durante estos años, especialmente al gran Ricardo (Rezza)», destacó Lewin en su mensaje. También le agradeció en otro pasaje de la misiva «a los profesores del club, los empleados y a todos los chicos que representaron y seguirán representando los colores celestes y por sobre todo a los hinchas que me trataron con tanto cariño estos años». «Algunas veces, la mejor forma de torcer el destino, es caminar derecho», adujó y cerró con «un saludo grande para todos».
Temperley se quedó sin presidente
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