Marianella y su familia, oriundos de Unquillo, Córdoba, debieron viajar a la ciudad de Buenos Aires en 2013, cuando la niña debió ser internada por una miocardiopatía para ser asistida por el corazón artificial, y desde ese entonces estaba en lista de espera. «El corazón apareció cuando menos lo esperábamos, ya estábamos muy angustiados y casi sin esperanzas», contó a Télam Julio, el papá de Marianella, quien tiene además otros tres hijos. El hombre contó que su hija, que fue intervenida hace 14 días -tiempo prudencial que se espera para ver cómo evoluciona el paciente antes de difundir la información-, «ya come, camina y se levanta de la cama». «Estamos felices porque tanta espera al fin sirvió para algo. Esto es un milagro y llegó en el momento justo», dijo. De oficio pintor, Julio hacía «changas» en Unquillo para sobrevivir: «Aunque soy pintor, yo me las arreglo para hacer de todo, pero ahora estoy preocupado porque para poder llevar a Marianella a casa tengo que acondicionarla, pintarla y ver que no tenga humedad ni nada que pueda hacerle mal en su recuperación», dijo. «Yo dije que no iba a volver a Córdoba si no era caminando de la mano con mi hija, Dios me escuchó y ella va a vivir hasta los 70 años», afirmó por su parte Sandra, su mamá. El trasplante de Marianella fue el número 51 del Garrahan (el número 24 con corazón artificial previo) y se realizó en 4 horas y 15 minutos, en lo que fue casi una carrera contrarreloj del equipo de cirujanos que debieron, en ese tiempo, remover el corazón enfermo de la niña junto al corazón artificial sin maltratar las estructuras cardiovasculares necesarias para implantar el nuevo corazón. «Más allá del logro médico, que lo es, porque los chicos que están con asistencia de corazón artificial requieren muchos controles, un tratamiento anticoagulante que tiene que ser muy efectivo, los problemas de infección que son un peligro permanente, y muchas otras cosas, creo que lo importante acá es destacar la fortaleza que tuvo la familia para sostener con vida a Marianella y la fortaleza que tuvo ella para vivir todo este tiempo en el hospital», destacó a Télam el jefe de Trasplante Cardíaco del hospital, Horacio Vogelfang. El cirujano contó en diálogo con Télam que debieron esperar el corazón por mucho tiempo porque «no se encontraba uno que fuera apropiado para ella». «Cuando por fin apareció un donante nos pusimos muy contentos. Lo más difícil de la cirugía fue extraer el corazón enfermo con corazón artificial del tórax, porque había reacciones inflamatorias y de cicatrización que se habían formado con el tiempo, y conservar a la vez las partes de ese corazón necesarias para implantar el órgano nuevo», explicó. «No hay muchos lugares en el mundo donde un chiquito de seis años pueda vivir casi tres conectado a un corazón artificial y llegar a un trasplante que resulte exitoso. Eso habla muy bien de nuestros recursos humanos, de nuestro hospital y de nuestra gente, en este caso personas humildes que atravesaron esta situación con mucha fuerza», completó Vogelfang. Como antecedente de este caso se puede citar el de la niña de seis años oriunda de Erlangen, Alemania, quien tenía hasta este jueves el récord de haber permanecido conectada a un corazón artificial durante 877 días. La paciente fue tratada en el University Hospital durante dos años y medio, y al igual que Marianella estaba conectada a un equipo Berlin Heart. Había entrado en emergencia en febrero de 2010 por una malformación cardíaca que sufría desde su nacimiento y fue trasplantada exitosamente en 2012. Aquellos que quieran ayudar a Julio con materiales de construcción pueden comunicarse con él al 0351- 15 385 1816.
Tiene 9 años, vivió 955 días con un corazón artificial y fue trasplantada con éxito
Que opinas? Deja tu comentario