La Tragedia de Gaza: Historias de Pérdida y Esperanza
Mona al-Harazeen y Jumana son solo dos mujeres que, tras el cese de fuego en Gaza, enfrentan una realidad desgarradora marcada por la pérdida y la lucha por la supervivencia.
Un regreso lleno de tristeza
Mona al-Harazeen, con lágrimas en los ojos, recuerda a su hijo Yazan, quien perdió la vida en un ataque aéreo a los 17 años. Tras el cese de fuego que se implementó hace un mes, volvió al norte de Gaza, un lugar que había dejado atrás huyendo de los bombardeos.
Recuerdos dolorosos
El regreso no fue fácil. Mona ya había recorrido este camino en enero de 2025, durante una tregua anterior. Con el cuerpo de su hijo, encontrado entre escombros, viajó para darle un entierro digno.
Un paisaje devastado
El trayecto que antes tomaba media hora se convirtió en tres debido a la destrucción y los atascos provocados por quienes regresaban a sus hogares. «El suelo estaba cubierto de escombros; era como si la tierra hubiera engullido los edificios. Todo era desolador», recuerda con tristeza.
La lucha por un nuevo hogar
A pesar de perder su hogar de 20 años, Mona decidió permanecer en Gaza. Ha encontrado un apartamento de tres habitaciones, pero la alta renta la obliga a compartirlo con su familia, enfrentando la incertidumbre sobre su capacidad para cubrir estos gastos.
Crisis de recursos y precios exorbitantes
Mona ha sufrido la falta de alimentos y asistencia. Los precios han subido drásticamente: un kilo de bananos pasó de costar 3 a 20 shekels. Muchos aún cocinan con hogueras debido a la dificultad para acceder al gas. «En casa, nos sentamos en mantas en el suelo», comparte.
Inseguridad constante
A pesar de la tregua, el miedo persiste. «Todavía escuchamos disparos y bombardeos. No me siento segura», dice. Sin embargo, hay un alivio al saber que sus otros hijos están relativamente a salvo.
El frágil hilo de la esperanza
Por otro lado, Jumana, de 26 años, encuentra destellos de normalidad en medio de la devastación. Su apartamento ha sobrevivido con daños menores. Con su esposo y sus hijas, busca reconstruir pequeñas rutinas, aunque la pérdida es palpable.
Celebraciones aplazadas
Las esperanzas de celebrar cumpleaños se vieron truncadas tras la muerte de un familiar en ataques recientes. «Con guerra o sin guerra, nuestra realidad sigue siendo triste», lamenta Jumana.
Una vida adaptada a la adversidad
A pesar de las dificultades, Jumana lleva a sus hijas a pasear. Recordando viejas costumbres, en un restaurante, les ofrece pizza y helado, que prácticamente se han vuelto un lujo. «Todo lo que compramos depende de lo que se permita entrar», explica sobre la situación de los supermercados.
El futuro incierto
Jumana, aunque encuentra alivio en algunos momentos sencillos, es consciente de la dura realidad y la falta de futuro en Gaza. «Estamos considerando dejar el país», concluye, reflejando el deseo de escapar de la desesperanza que asecha a la población.
