Turquía cerró más de 1.700 centros privados, entre ellos hospitales, colegios y sindicatos, por su supuesta vinculación con la red de clérigo islamista Fethullah Gülen, señalado por Ankara como el cerebro detrás del intento de golpe de Estado del 15 de julio pasado, informó el gobierno en el Boletín Oficial. El primer decreto del gobierno turco desde que se declaró el estado de emergencia puntualizó que se han cerrado 35 hospitales privados, 1.043 colegios y pensiones de estudiantes privados, 1.229 fundaciones, 19 sindicatos y 15 universidades privadas que pertenecieron o tuvieron algún tipo de vínculo con las redes de Gülen. «Todas esas instituciones cerradas pertenecen a la FETÖ (Organización Terrorista Fethullah Gülen, según el gobierno), sin duda. No hay otro grupo afectado por esta decisión, y no lo habrá», dijo hoy el viceprimer ministro Nurettin Canikli en la televisión CNNTürk. El vicepremier precisó que las propiedades de esos centros serán gestionadas por el Estado. El decreto estableció, además, que serán cesanteados todos los funcionarios públicos que tengan vínculos con la FETÖ, y no podrán volver a ser contratados, mientras que serán cancelados los pasaportes del personal investigado, según reprodujo la agencia EFE. Ya ayer, el Ministerio del Interior anuló los pasaportes de 10.586 personas, según dijo su titular, Efkan Ala, a la cadena NTV, sin precisar más detalles. Los estudiantes de las escuelas y universidades cerradas serán transferidos a instituciones similares estatales, a las que tendrán que seguir pagando lo que pagaban en los centros privados. Hasta el día 22 de julio, las autoridades habían suspendido de sus puestos de trabajo a 44.500 empleados públicos, la gran mayoría en el Ministerio de Educación. Por otro lado, la Fiscalía de Ankara anunció hoy que han sido puestos en libertad 1.200 soldados rasos. El gobierno anunció ayer que el ministro de Relaciones Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, y el de Justicia, Bekir Bozdag, viajarán la semana entrante a Estados Unidos, a cuyas autoridades intentarán convencer para que extraditen a Gülen, antiguo socio del presidente turco Recep Tayyip Erdoganm, y que se ha exiliado en ese país en 1999, quien niega estar implicado en la asonada.
Turquía cerró más de 1.700 centros privados vinculados al presunto cerebro del golpe
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