Los autos de lujo siempre han representado un símbolo de estatus, pero qué le parecería un Ferrari cubierto de oro.
Un campeón mundial de kickboxing ha deslumbrado, literalmente, a los peatones de la ciudad de Londres con su dorado Ferrari 458 Spider.
El boxeador iraquí Riyadh Al-Azzawi, además de gastar las 200 mil libras esterlinas que cuesta el vehículo, invirtió varios miles extras en la capa vinílica de oro que envuelve su bólido.
Este modelo de la afamada automotriz italiana es capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora en tan solo 3.4 segundos, y tiene una velocidad máxima de 320 kilómetros por hora.
Al-Azzawi comenzó en el boxeo cuando tenía 13 años y fue campeón nacional de Irak en seis ocasiones, además de dos veces campeón árabe, antes de mudarse a Inglaterra.
Su primer cinturón de título mundial lo consiguió en 2008 y desde entonces lo ha mantenido, con un record de 47 victorias, cero derrotas y 35 nocauts.