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sábado, noviembre 23, 2024
Una maratónica velada de ideas, debates y gastronomía guiada por 43 pensadores
Una maratónica velada de ideas

Una maratónica velada de ideas, debates y gastronomía guiada por 43 pensadores

No será una noche más en la agenda cultural porteña: la monumental construcción situada en Sarmiento 151 se transformará en un ágora informal que entre mañana a las 19 y la madrugada del domingo cruzará el pensamiento con la gastronomía a partir de una grilla que promete disertaciones filosas, obras de teatro, talleres para niños y una oferta de platos típicos de la Argentina, Francia y Alemania, los tres países países que conforman el plantel de pensadores. El antropólogo francés Marc Augé y la epecialista en informática alemana Anna Biselli, junto a los locales Darí­o Sztajnszrajber, Maristella Svampa, Daniel Link, Edgardo Castro, Juan José Sebreli, Claudia Hilb, Diana Cohen Agrest, Miguel Wiñazki y Alejandro Katz serán algunas de las figuras centrales del ciclo, que se propone reeditar el éxito de su debut, cuando alcanzó los 20.000 participantes. La idea rectora de La Noche de la Filosofía, que tiene versiones paralelas en las ciudades de Londres, Nueva York, Atenas, Berlín y Rabat, es recrear la dimensión cotidiana de la disciplina, en línea con un fenómeno que en los últimos años ha multiplicado la mirada filosófica en cafés, obras de teatro, ciclos de cine y hasta canales de YouTube. El filósofo y docente Gustavo Santiago, que allá por 1994 comenzó a ofrecer talleres de filosofía para un público no académico en una librería porteña, se dedicará a exaltar esta faceta «democratizadora» de la práctica filosófica con una ponencia que se titula justamente «Filosofí­as para enriquecer la vida cotidiana (con los pies bien sobre la tierra)». «Hace unos años, quien defendiera el ví­nculo entre la filosofí­a y la vida cotidiana corrí­a el riesgo de ser objeto de desdén por parte de los académicos. La filosofí­a ‘seria’ es la que se estudia en la universidad, la que desde hace siglos se desentendió de la vida de todos los dí­as (o la dejó en manos de psicólogos, líderes espirituales o expertos en autoayuda) -adelanta a Télam-. La situación parece ser otra en la actualidad, ya que se han multiplicado los grupos informales de estudio, los cafés filosóficos y la filosofí­a llegó a la televisión y al teatro». «Podrí­amos decir que la filosofí­a supo romper el cerco que la academia habí­a trazado en torno a ella. Hoy aparece un nuevo riesgo para quien ponga en circulación a la filosofí­a: el de ser considerado ‘evasionista’. En momentos de crisis, de tensiones sociales, sumergirse en aguas filosóficas puede ser visto como un mero escape de la realidad», agrega. La religión y su imbricación con la ética se entrelazan en la mirada del docente Diego Singer, que en su exposición «Si Dios no existe, no todo está permitido», abordará el impacto de la caída de los grandes relatos que establecían un campo social y ético con delimitaciones precisas y operaban sobre la incertidumbre. ¿Bajo qué criterios o estímulos es posible sortear la perplejidad que desencadenan estos tiempos vaciados de consignas estructurantes? «Parto desde la orfandad. La pérdida de un sentido absoluto nos deja desamparados y ante esta situación suelen pensarse dos escenarios excluyentes: la búsqueda del retorno del sentido o el relativismo cínico, una postura según la cual como no creemos en nada absolutamente, afirmamos que todo tiene el mismo valor, es decir, desvalorizamos todo por igual». «El cínico descree de su propia posibilidad creadora y por eso afirma que ninguna creación vale, de ahí su carácter conservador: afirma que no vale la pena crear nuevas formas de vida, que no vale la pena experimentar otros modos de amar o de pensar. De ese modo termina siendo un eslabón de reproducción de lo que ya está o vendiéndose al mejor postor porque afirma que no se puede hacer otra cosa», explica. Según Singer, para salir de esa división excluyente -«o creo en algo absolutamente o no creo en nada»- hay que recorrer el camino de la propia creación. «¿Cómo se empieza? Hay que cortar con los circuitos ya conocidos, sobre todo los mercantilizados, encontrarse con otros, transit

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