La designación de Alejandro Vanoli al frente del Banco Central es interpretada por el sector financiero como el anuncio de mayores controles y restricciones para frenar la sangría de reservas. El gobierno está muy preocupado por el deseo de los ahorristas e importadores de posicionarse en divisa extranjera por temor a una devaluación. Las reservas internacionales cerraron agosto en 28.612 millones dólares, 405 millones por debajo del nivel que tenía en el último día hábil de julio, informó el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Para lograr el objetivo de estabilizar las reservas, Vanoli cerrará los circuitos se manejan en el mercado bursátil para conseguir «dólares liqui». Así, buscará disminuir una brecha cambiaria que supera el 80 por ciento. Algunos agentes del mercado también especulan en que el flamante presidente del Central podría cerrar numerosas mesas de dinero que funcionan en un radio relativamente pequeño del microcentro para reducir el volumen de las operaciones paralelas. Las entidades financieras deberán soportar mayor control y regulación. Durante su gestión en la CNV, Vanoli fue uno de los principales interesados en sancionar la ley de mercado de capitales, que le dio mayor poder a la Comisión pero también a través del polémico artículo 20, facultó a la autoridad regulatoria a intervenir el directorio de empresas cotizantes. Fue también uno de los artífices de la pelea política que mantuvo el Gobierno con el Grupo Clarín y Papel Prensa. Finalmente, se espera que se mantenga el atraso cambiario combinado con políticas de tasas bajas para acelerar el consumo y combatir la recesión.
Vanoli implementará más restricciones para contener la caída de reservas
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