La Justicia vaticana condenó hoy «en nombre de Su Santidad Papa Francisco» al religioso español Lucio Vallejo Balda a 18 meses de reclusión, por robar y divulgar documentos reservados sobre las finanzas de la Santa Sede, en un caso conocido como Vatikeaks 2. Luego de siete meses de proceso el tribunal vaticano sentenció a 10 meses, aunque con pena suspendida por cinco años, a la laica Francesca Chaouqui, en tanto que se declaró «fuera de jurisdicción» para juzgar a dos periodistas italianos por el mismo delito. El presidente del tribunal, Giuseppe Dalla Torre leyó este jueves las sentencias a Vallejo Balda y Chaouqui por el delito de «divulgación de noticias reservadas» de la Santa Sede, al encontrarlos culpables de haberse procurado de manera ilegítima y haber pasado a periodistas documentación de la comisión instruida por el papa Francisco en 2013 para ordenar las cuentas vaticanas, la Cosea, dirigida por el religioso. Además, la Justicia vaticana absolvió por considerar «fuera de su jurisdicción» ya que «no son oficiales vaticanos» a los periodistas italianos Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, que estaban imputados por haber publicado en sus respectivos libros «Vía Crucis» y «Avaricia», ambos de 2015, la documentación suministrada por los condenados. El quinto imputado, el ex secretario de la Cosea Nicola Maio fue absuelto de los cargos en una sentencia que recordó la «libertad de prensa del ordenamiento jurídico vaticano y la libertad de pensamiento garantizada por el derecho divino». Además, los tres ex miembros de la Cosea fueron absueltos de los cargos que enfrentaban por «asociación para delinquir». «Procurarse ilegítimamente o revelar noticias o documentos de los que está prohibida la divulgación» es un delito tipificado en el artículo 116 bis del Código Penal vaticano y fue introducido por el papa Francisco en 2013, tras el primer escándalo Vatileaks durante el Pontificado de Benedicto XVI. Francisco había creado la Cosea en julio de 2013 para ordenar las cuentas de distintos dicasterios vaticanos y en febrero de 2014, tras el trabajo de la Comisión, se crearon dos nuevos órganos para centralizar y transparentar la gestión económico-financiera de la Santa Sede: la Secretaría para la Economía y el Consejo para la Economía, en la que ninguno de los ahora investigados fue incluido. En las primeras audiencias del proceso iniciado el 24 de noviembre del año pasado, el religioso español reconoció ser el «topo» que pasó los datos a los periodistas a mediados de 2015, aunque adujo presiones de parte de Chaouqui, reconocidas por la Justicia del Vaticano quien destacó su «complicidad» en el delito en la sentencia. La suspensión de la pena a Chaouqui significará en los hechos que evita la cárcel, pero que los diez meses de reclusión se pueden sumar a otra sentencia si comete un delito en los próximos cinco años. Las pericias informáticas divulgadas durante el juicio confirmaron que Vallejo Balda entregó a Nuzzi un listado con 85 claves que servían para abrir todos los documentos que había elaborado la Cosea y que estaban en el correo electrónico del religioso español, aunque el periodista aludió que era su «obligación» darlos a conocer. A lo largo de las veintiuna audiencias, salieron además a la luz distintos tipos de mensajes amenazantes entre Chaouqui y Vallejo Balda, quien llegó a afirmar que mantuvo relaciones sexuales con la laica italiana, quien lo negó y sembró dudas sobre la heterosexualidad del religioso. El sacerdote español era el único religioso de la comisión de ocho miembros y fue el único de los imputados que afrontó parte del juicio en un calabozo del Vaticano, desde su arresto en noviembre hasta que fue dejado en “semi libertad” en junio pasado. La fiscalía había sostenido a la hora de pedir las condenas que tanto Vallejo Balda como Chaouqui filtraron los documentos como una suerte de «venganza» hacia el Vaticano por no haber sido incluidos en la nueva institución. Chaouqui, que asistió embarazada a la may
Vatileaks 2: la Justicia condenó a un religioso por la difusión de documentos
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