En casi cualquier parte del mundo pedir una pizza y degustarla es un acto que se repite millones de veces al día. Puede ser en un restaurante, en una local de comidas rápidas o hasta en un puesto callejero.
Pero en otros lugares, mas precisamente en Cuba, la cosa no es tan sencilla. Como lo muestra el video que presentamos a continuación. El ciudadano común de La Habana se las ingenia para conseguir su porción de pizza de la mejor manera posible.
Y el vendedor resulta muy creativo a la hora de llevar su negocio adelante, tanto sea en la recepción de los pedidos como en la entrega de los mismos.
Desde lo alto de un balcón el vendedor dirige su negocio a través de una cesta, en donde llegan las porciones de pizza solicitadas y vuelve el dinero por las mismas.