La aberrante situación se da luego de que un hombre de 27 años, que vive en la ciudad de Adelaide, Australia, abusó sexualmente de su hija de tres años, de su hijastra de 11, de varias gallinas e intentó penetrar al perro de la familia.
Tras la correspondiente denuncia, ser detenido y comparecer ante la justicia, el degenerado fue encarcelado y sentenciado a seis años y siete meses de cárcel por sus aberrantes crímenes, aunque podría salir en libertad condicional en apenas tres años, ya que se le redujo la condena por confesar su terrible accionar, en una carta dirigida a su esposa en aquellos tiempos, que es quien realizó la denuncia.
El reporte psicológico indica que presenta “actitudes distorsionadas y comenzaba a sentirse presionado por lo incorrecto de su comportamiento sexual”.
Más tarde, se declaró culpable en el juicio donde enfrentó dos penas de bestialidad, una por insistente explotación sexual de una niña y la otra por agravamiento por asalto sexual.
El hombre aceptó una orden de intervención que le prohíbe acercarse o tener contacto con su familia y a recibir tratamiento para reprimir sus impulsos sexuales.
“Usted abusó y traicionó de la manera más seria posible su posición de padre de estas criaturas para satisfacer su abominable deseo sexual”, dijo el juez de la corte del distrito, Paul Muscat. “Ahora debe pagar el precio”. El juez Muscat también calificó el abuso como antinatural, asqueroso y perturbador.
Por último, el letrado indicó que la sentencia puede ser moderada para algunos, pero «es el resultado de la confesión del hombre, sus remordimientos y su deseo de recuperación».