Sólo Dios debe conocer el sufrimiento de Domingo Fernández, un empleado de correos de 41 años, que la semana pasada sufrió un terrible accidente al volcar su camioneta en cercanías de la ciudad puntana de Varela.
El destino hizo que su hijo de 3 años saliera despedido y quedara tendido a 20 metros del vehículo. Domingo, con golpes en todo su cuerpo, caminó tres kilómetros con el pequeño Darian en brazos, pero no pudo salvarlo. La criatura falleció poco antes de ingresar al hospital.
El hombre había salido en su Ford EcoSport desde Juana Koslay, ciudad ubicada a 8 kilómetros de la capital de San Luis con destino a Unión, punto ubicado a 200 kilómetros. Allí lo esperaba la madre del niño, una empleada del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
Al parecer, durante el viaje, Fernández se habría quedado dormido, el rodado mordió la banquina para luego dar tres trompos. Darian, que viajaba en el asiento trasero y llevaba el cinturón colocado, igualmente salió despedido del vehículo y terminó tirado a 20 metros de distancia.
En medio de una ruta desolada, sin señal de celular y muy golpeado, el hombre sacó fuerzas y decidió caminar tres kilómetros hasta Varela, el pueblo más cercano. Lo hizo con su hijo en brazos, sabiendo y entendiendo que el cuadro del niño era muy grave.
Llegó hasta una casa ubicada en el ingreso a Varela. Allí una familia llamó a una ambulancia, que trasladó al menor hasta un hospital de Zanjitas, pero murió poco antes de entrar al nosocomio.
Fueron vanos los intentos de los médicos por salvarle la vida. La autopsia determinó que falleció a causa de un traumatismo grave de columna, cervicales y médula espinal.