Iniciamos nuestro recorrido en Buenos Aires, dirigiéndonos al norte y cruzando el emblemático puente Zárate-Brazo Largo. Al ingresar a Entre Ríos, nos encontramos con la rica y variada mesopotamia, un territorio de 400.000 km² limitado por los ríos Uruguay, Paraná e Iguazú. Esta región, que aísla las provincias de Misiones y Corrientes, posee una identidad única. Entre Ríos destaca por su conexión con la Pampa húmeda y su historia de expansión hacia el norte desde la capital.

Explorando Villa Paranacito

Al llegar a Villa Paranacito, cruzamos varios ríos, incluyendo el Paraná Guazú y el arroyo La Tinta, accediendo a un delta que recuerda a Tigre, aunque menos poblado y más acogedor. Aquí nos hospedamos en un complejo de bungalows y tuvimos la suerte de conocer a un pescador que asaba un dorado de impresionante tamaño. Su historia es fascinante: había capturado el pez tras un emocionante tira y afloja en el río, donde una aleta dorada emergió en la superficie, desatando una lucha épica.

Su dorado, aderezado con especias locales, nos fue servido de una manera muy particular. En un ambiente amistoso, compartimos la comida, picoteando del plato en una auténtica tradición isleña. La experiencia gastronómica fue de esas que se quedan grabadas en la memoria.

Aventura en el Delta Entrerriano

Por la tarde, zarpamos en la lancha del guía Leonardo Trípodi, explorando el corazón del delta entre los ríos Uruguay y Paraná, a solo 182 km de Buenos Aires. Fundado en 1906, Villa Paranacito es el hogar de 4.000 personas, además de los isleños que viven en casas accesibles solo por agua.

El viaje en lancha fue un deleite para los sentidos. Observamos garzas en el aire y carpinchos en la orilla, mientras navegábamos entre una flora exuberante, repleta de ceibos y sauces. Villa Paranacito es ideal para los amantes de la pesca, ofreciendo dorados, surubíes y pejerreyes, pero también brinda un espacio perfecto para la relajación en una hamaca al aire libre.

Termas del Guaychú: Relax y Bienestar

Continuamos nuestro viaje hacia Termas del Guaychú, un complejo de bienestar donde nos alojamos en bungalows elevados con vistas impresionantes. Con acceso a piletas techadas y al aire libre, disfrutamos de aguas termales provenientes de grandes profundidades, reconocidas por sus propiedades relajantes y antiestrés.

Al día siguiente, recorrimos la reserva natural del lugar, admirando la flora y fauna autóctona, y volviendo a las piletas para disfrutar de un día de descanso total.

Un Encuentro Singular con Mario Boari

Dejando atrás el spa, nos dirigimos a conocer a Mario Jesús Boari, famoso por su negocio de venta de mates en Gualeguaychú. Su tienda está repleta de aproximadamente 5.000 mates, y su conocimiento sobre esta bebida tradicional es vasto. Nos compartió anécdotas y datos curiosos sobre las preferencias de los consumidores en Argentina y en el extranjero.

Boari nos habló sobre el “Mate Encuentro”, un evento anual donde se enfrentan cebadores y se evalúa la calidad del mate. Su pasión por esta bebida es contagiosa y refleja la rica cultura que rodea su consumo.

Aventuras en El Palmar

Regresamos a la RN 14 rumbo a El Palmar, donde dormimos en el refugio La Aurora. En el Parque Nacional El Palmar, disfrutamos de un atardecer único. Lisa y llanamente, la naturaleza nos envuelve, mientras los pájaros carpinteros amenizan el entorno.

Las delicias gastronómicas continuaron en La Aurora, donde degustamos platos típicos de la región, elaborados con productos locales y de temporada. Cada bocado era una celebración de los sabores entrerrianos.

Navegando Hacia Paraná

Finalmente, nuestro viaje nos llevó a Paraná, donde exploramos los pueblos de alemanes del Volga. En cada aldea, sentimos el eco de historias pasadas que aún resuenan hoy, mientras saboreamos platos alemanes auténticos y disfrutamos de la hospitalidad local.

Desde el Parque Nacional Predelta, avistamos el famoso irupé, una impresionante planta acuática que florece en esta región y que simboliza la riqueza natural de Entre Ríos.

Este viaje, que comenzó abrazado por el río Uruguay, concluyó en paralelo al Paraná, y nos dejó con el alma llena de aventuras y momentos únicos en una provincia que, sin duda, nos mantiene entre ríos.