Donald Trump Confirma Llamada Sorpresiva con Nicolás Maduro: ¿Un Nuevo Capítulo en las Relaciones Bilaterales?
En un momento inesperado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló que mantuvo una conversación telefónica con el líder venezolano Nicolás Maduro. Este anuncio ha reavivado el debate sobre las tensiones entre ambos países.
WASHINGTON.- La revelación de la conversación entre Donald Trump y Nicolás Maduro ocurrió durante un intercambio informal con periodistas mientras se encontraba en el Air Force One, un escenario elegido por el presidente estadounidense para marcar la agenda política.
Trump, consultado sobre la comunicación que había insinuado la prensa durante días, no dudó en responder con su habitual desdén: “No quiero hacer comentarios al respecto. La respuesta es sí”.
Esta declaración concluyó una semana llena de especulaciones sobre un posible contacto entre ambos mandatarios. Trump validó información previamente filtrada por The New York Times y The Wall Street Journal, que afirmaban que el diálogo se realizó a principios de noviembre y que se contemplaba la posibilidad de una reunión futura en suelo estadounidense.
El contexto es crucial: la noticia llegó en medio de un endurecimiento de la retórica del presidente estadounidense hacia Venezuela, incluyendo una advertencia que generó preocupación en Caracas y desconcierto en la región. El sábado anterior, Trump publicó en su plataforma Truth Social un anuncio en el que declaraba que el espacio aéreo sobre Venezuela y sus alrededores “debe considerarse completamente cerrado”.
Este mensaje fue interpretado como un indicio de posibles acciones militares. En Venezuela, donde el gobierno de Maduro enfrenta un aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe, la declaración desató rumores sobre una inminente operación o un incremento de la presión norteamericana.
La administración Trump ha intensificado su narrativa, afirmando que el régimen de Maduro juega un papel activo en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, una acusación que el gobierno venezolano niega. Además, se han filtrado informes sobre posibles planes de operaciones encubiertas y una “nueva fase” militar tras los ataques a presuntas embarcaciones narcotraficantes en aguas caribeñas.
Ante la presión de los medios, Trump intentó suavizar las interpretaciones más extremas de sus declaraciones, afirmando: “No lean nada en ello” y pidiendo a los asistentes que “no saquen conclusiones”. Justificó su mensaje diciendo que “Venezuela no es un país muy amigo”, aunque se negó a ofrecer detalles adicionales.
Por su parte, en Caracas, el gobierno mantuvo una postura más cautelosa. Tanto Maduro como sus principales colaboradores han evitado comentar sobre la llamada, mientras que Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, desvió el enfoque hacia una investigación sobre ataques de barcos estadounidenses en la región.
Este cruce de declaraciones pone de manifiesto que la administración Trump está enfocando una estrategia que combina una creciente presión militar con insinuaciones sobre la posibilidad de retomar el diálogo diplomático.
