La Alarma Creciente de la Violencia Escolar en Argentina: Expertos Llaman a la Reflexión
Recientes episodios de violencia en escuelas argentinas han encendido una alerta sobre la necesidad de un análisis profundo. La máster en Educación, Guillermina Tiramonti, expone la situación actual que enfrenta la juventud en el país.
Reflexionando sobre la Ira Juvenil
Tras los recientes incidentes violentos que repercuten en diversas instituciones del país, Guillermina Tiramonti, especialista en educación, compartió su perspectiva en el programa LN+. Según ella, “hay una ira dispersa entre los jóvenes; hay una gran bronca acumulada”.

La educadora observó que aunque se habla del cambio en el mundo, muchas veces la reacción natural es el miedo. “Cuando enfrentamos los efectos de lo que cambia, en general nos asustamos”, afirmó.
La Virtualidad como Fuente de Conflicto
Tiramonti dirigió su análisis hacia la cultura de la virtualidad como una de las principales falencias en la educación actual. Señaló que “la virtualidad juega un papel importante en la subjetividad de los jóvenes, ya que les permite manejar su ira”.
Con preocupación, destacó que la expresión de esta cultura, que puede aumentar la frustración, es a menudo ignorada en el ámbito escolar. Además, muchas instituciones prohíben el uso de celulares en clase, negando una parte crucial de la vida de los estudiantes.
La Dificultad de Convivencia en la Era Digital
“Son muchos los jóvenes cuya vida social está mediada por aplicaciones de mensajería. Las generaciones actuales enfrentan grandes desafíos para adaptarse a un entorno en constante cambio”, subrayó Tiramonti.
Además, culpó al desprestigio de las instituciones educativas tradicionales por contribuir a la ira acumulada entre los jóvenes. “En Argentina, esta frustración a menudo se canaliza hacia las instituciones que antes solían proporcionar orden y dirección”, agregó.
Desconexión entre Estudiantes y Educadores
Al discutir la comunicación deteriorada entre escuelas y alumnos, Tiramonti mencionó “una cultura pedagógica que no dialoga con los jóvenes, siempre en modo defensivo”.
Para cerrar, Tiramonti declaró que “la escuela ha perdido su capacidad de regular la vida de los chicos, limitándose a flexibilizar normas, sin establecer pautas de convivencia adecuadas para la actualidad”.
