John Giannandrea, quien ha sido una figura clave en la estrategia de inteligencia artificial de Apple, dejará su puesto como jefe del área para pasar a ser asesor hasta su jubilación el próximo año. Esta decisión se produce en un contexto donde la compañía busca mejorar su competitividad contra gigantes como Google, Meta y Microsoft.

Giannandrea, responsable del estancamiento de Siri y de la fallida implementación de Apple Intelligence, había estado en el cargo durante un periodo crítico para la firma. Según un comunicado oficial, su salida se produce en medio de la reestructuración de la empresa para revitalizar su enfoque en la IA.

Un Nuevo Liderazgo para IA en Apple

El futuro de la inteligencia artificial en Apple estará en manos de Amar Subramanya, quien asume el rol de vicepresidente de IA y reportará directamente a Craig Federighi. Su experiencia en Google, donde dirigió la ingeniería del proyecto Gemini, y en Microsoft lo posicionan como un liderazgo fresco para la compañía.

Apple confía en que Subramanya impulsará áreas clave como los Modelos de la Fundación Apple, investigará el aprendizaje automático y garantizará la Seguridad y Evaluación de IA. Este cambio busca no solo revitalizar la división, sino también renovar la imagen de Siri como un asistente inteligente más competitivo.

Muere la Era Giannandrea

Con la salida de Giannandrea, el equipo que trabajaba bajo su mando ahora estará dirigido por dos importantes ejecutivos: Sabih Khan, director de operaciones, y Eddy Cue, vicepresidente de servicios. Tim Cook, CEO de Apple, agradeció a Giannandrea por su contribución al avance de la inteligencia artificial en la empresa.

Sin embargo, se hace evidente que la compañía ha luchado por mantenerse al día en una industria que avanza rápidamente. En marzo de 2025, se implementó una reorganización en el área de inteligencia artificial, trasladando el control de Siri a Mike Rockwell, mientras que las divisiones de robótica también pasaron a ser supervisadas por otros directivos.

La salida de Giannandrea simboliza el cierre de una etapa complicada para Apple, que ha encontrado dificultades para competir en el mercado de la inteligencia artificial. Mientras la compañía busca un nuevo camino, el foco está puesto en innovar y recuperar terreno en una arena dominada por múltiples competidores.