“Nada es definitivo” y “si todo el mundo hubiera
estado seguro, Venezuela hubiera entrado el viernes pasado en
Mendoza. Por algo los países se toman este plazo hasta el 31 de
julio”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores uruguayo, Luis
Almagro.
En una entrevista con radio El Espectador, Almagro
reveló también que la entrada de Venezuela, concretada tras la
suspensión de Paraguay, fue tomada por la intervención “decisiva” de
la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en la reunión de
gobernantes, secundada por su colega argentina, Cristina Fernández.
Almagro consideró que el presidente de Uruguay, José
Mujica, “hizo lo correcto” al dar “muestras más que suficientes de
haber defendido la otra posición de una forma bastante implacable”.
Asimismo evidenció el descontento de Montevideo ante
la gestión de la situación por sus dos grandes vecinos, Brasil y
Argentina, que conformaban el bloque con Paraguay hasta el viernes,
cuando se decidió el ingreso de Venezuela.
“En el marco negociador que teníamos el día jueves”,
cuando se celebró la reunión de cancilleres previa a la presidencial
del día siguiente, “nosotros fuimos especialmente contrarios al
ingreso de Venezuela en estas circunstancias”, reveló.
Según Almagro, todo “se termina resolviendo en una
reunión cerrada de los presidentes, que empieza con un pedido de la
presidenta Dilma Rousseff, que dice ‘yo tengo que hablar
políticamente de algo con ustedes dos (Mujica y Fernández)’”.
En ese momento “nos tenemos que retirar los
cancilleres de la reunión y de esa reunión sale este acuerdo”,
relató.
“Brasil y Argentina estaban muy contestes
(conformes) en este asunto pero el posicionamiento de Brasil fue
decisivo en esta historia”, agregó.
El ministro detalló también que se retiró de la sala
cuando se leyó la declaración final y que Mujica se sentó en segunda
fila, cediendo su lugar al embajador uruguayo en Argentina,
Guillermo Pomi.
El viernes pasado se celebró en Mendoza una cumbre
semestral del Mercosur en la que Argentina, Brasil y Uruguay habían
suspendido la participación de Paraguay en rechazo a la destitución
de Fernando Lugo de la Presidencia paraguaya.
Lugo fue destituido por el Congreso después de un
juicio político por mal desempeño de sus funciones que fue
cuestionado por países y organismos internacionales que alegaron
falta de respeto al debido proceso.
Su vicepresidente, Federico Franco, asumió la
Presidencia entre la preocupación o el rechazo de la región
sudamericana y las dudas de la comunidad internacional en general,
que todavía no lo ha reconocido.
En Mendoza, Rousseff, Fernández y Mujica
suspendieron a Paraguay del bloque hasta que se celebren elecciones
en el país, el 21 de abril de 2013.
Además, aprobaron el ingreso de Venezuela, que desde
hacía años estaba obstaculizado únicamente por la negativa del
Senado paraguayo, después de que fuera autorizada previamente por el
Gobierno de Lugo y los Ejecutivos y Legislativos de Brasil,
Argentina y Uruguay.
La oposición uruguaya ha criticado con dureza la
postura del Mercosur, una reacción que hoy dijo entender Almagro, al
anunciar que trasladará la declaración final de la cumbre “a los
servicios jurídicos del Ministerio” para “analizar nuevamente la
legalidad de esta medida”.
Tras recordar que el Gobierno de Mujica siempre
estuvo a favor de incorporar a Venezuela por su “visión estratégica”
de sumar más países al bloque, dijo sin embargo que Uruguay tiene
que “actuar en el marco del más pleno respeto del Tratado de
Asunción”, que significó la fundación del Mercosur en 1991. EFE
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