En el medio de la embestida
del Gobierno contra YPF, la nafta volvió a subir de precio y el
valor de la premium ya se acerca a los $ 7 por litro en Capital
Federal, mientras que el de la súper está a centavos de los $ 6.
Ayer, se conocieron retoques realizados por estaciones de servicio
de Esso y Petrobras, de entre un 8% y 6% respectivamente para la
súper y de un 2,5% y 0,5% para la premium. Las subas se suman a
incrementos mas pequeños que la mayoría de las empresas viene
aplicando desde principios de año.
Por su parte, ni YPF ni Shell modificaron hasta ahora sus valores,
aunque cabe aclarar que la tendencia habitual es que, luego de que
una marca hace punta, el resto busca acomodarse a los nuevos
valores.
YPF sigue ofreciendo el combustible más bajo con promedios de $
4,830 para el litro de súper, y de $ 6,049 para la premium. El valor
más caro para la súper lo evidencian Petrobras y Shell, con $ 5,669,
con la salvedad de que la semana pasada la comercializaba a $ 5,349
por litro mientras que la petrolera que preside Juan José Aranguren
lo mantuvo sin cambios.
En el caso de la nafta premium, las diferencias son menores. Pero
también Petrobras y Shell son las más caras, con $ 6,399 por litro
en ambos casos. En este segmento Petrobras aplicó una nueva suba ya
que hasta ayer la vendía a $ 6,369.
En tanto, YPF comercializa su premium a $ 6,049, mientras que Esso
lo hace a $ 6,299 y Oil a $ 6,399 por litro. Esta marca es propiedad
del empresario kirchnerista Cristóbal López, quien le compró 300
estaciones a Petrobras, y se encuentra en un proceso de recambio que
arrancó en algunas zonas de la Capital Federal la provincia de
Buenos Aires y en Rosario.
Fuentes del mercado explicaron a El Cronista que la decisión de las
subas no las toman las petroleras sino los estacioneros. Pusieron
como ejemplo a Petrobras, que tiene solo entre 20 y 30 estaciones
propias y que promueve un precio sugerido de $ 5,349 para la súper.
Sin embargo, los propietarios de las estaciones con esta marca
definieron una nueva suba ayer.
Otras fuentes agregaron que las subas responden a un acomodamiento
gradual para equilibrar la ecuación costo beneficio. Se trata de una
estrategia que vienen aplicando las petroleras desde que el
secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, decidió liberar
el mercado y dejar de presionar a las petroleras para evitar nuevos
aumentos en los precios.
En agosto del año pasado, es decir tan sólo siete meses atrás, el
precio promedio de la nafta súper se ubicaba en los $ 5,042; la
premium, en $ 6,116; el gasoil, en $ 4,470 y el gasoil más refinado,
en $ 5,515.
Ahora, los nuevos valores han profundizado la brecha entre los
productos de YPF y del resto de las compañías. De hecho, la
petrolera de la familia Eskenazi no aplica subas generalizadas
precisamente desde agosto del año pasado. En ese mismo lapso, sólo
aumentó el gasoil debido a la eliminación de los subsidios al
biodiesel utilizado para cortarlo.
De esta forma, y mas allá de las denuncias por sobreprecios que
realizó el Gobierno contra YPF y el avance oficialista para intentar
nacionalizar la petrolera con la salida de Repsol, la marca es la
que ofrece los combustibles más baratos.
Por su parte, el resto de las petroleras han venido incrementado sus
valores entre agosto de 2011 y estos días en forma sucesiva. El
principal aumento se nota en el gasoil, cuyo costo aumentó más del
20% durante este período.
Para el caso de las naftas se espera un incremento cercano al 25%
para todo el 2012, índice que también se evidenció el año pasado y
que intentaría reflejar los efectos de la inflación en el costo de
los combustibles . Fuente